para honrar el pasado
Mariana Badeni
La Prensa,
26-3-2024
La Asociación
Civil Americana de Recreacionistas Históricos está conformada por decenas de
aficionados. Con pasión y amor, replican grandes batallas de San Martín y
Belgrano.
La Recreación
Histórica es una actividad que busca representar de manera auténtica un evento
significativo del pasado, en el cual un grupo de personas encarna los roles y
escenas pertinentes. Este ejercicio pretende honrar la memoria de aquellos que
sacrificaron sus vidas por la Patria, empleando equipos y elementos históricos
a fin de recordar con fidelidad los acontecimientos relevantes para la
comunidad.
“Buscamos traer la
historia a la vida y también difundir hechos de nuestro pasado. Es una forma de
ponerse en los zapatos de quienes vivieron otras épocas. No solamente se
replican vestimentas, sino también elementos de trabajo y armas de guerra”,
resaltó a La Prensa Alberto Buchanan, fundador y apoderado de la Asociación
Civil Americana de Recreacionistas Históricos (ACARHi), una entidad conformada
por más de un centenar de integrantes de diferentes agrupaciones.
Descendiente de
inmigrantes escoceses que llegaron a la Argentina a mediados del siglo
XIX, Buchanan participa desde hace
muchos años en la recreación de batallas históricas. “La Guardia Escocesa de
Buenos Aires es un cuerpo de ceremonial para actuar en las embajadas de Nueva
Zelanda, de Australia, de Canadá y de Gran Bretaña cuando vienen jugadores de
fútbol, equipos de rugby, entre otros visitantes. Dentro de la iglesia escocesa
se había creado este cuerpo ceremonial”, señaló el historiador.
Luego agregó que
“el Ejército Argentino vio que había un cuerpo de ceremonial escocés y ellos
hacían las recreaciones históricas sin enemigo que los enfrentara. Entonces nos
pidieron si podíamos empezar a participar con la ropa británica y escocesa en
los eventos históricos que desarrollaban en el Cabildo. Así empezamos a
colaborar”.
De esta manera fue
“primero la guardia escocesa, después la Banda de Gaitas de la Ciudad de Buenos
Aires y los blandengues de Barragan. Luego siguieron los Corsarios del Plata y
así se fueron sumando muchísimos entusiastas que representaban regimientos
criollos. Hoy debe haber 40 grupos o más, porque de cada unidad se fueron
separando y creando nuevas formaciones, ya no tan grandes como antes sino de 8
a 16 personas. Tenemos Húsares de Quilmes, se han sumado algunos participantes
de Entre Ríos, Santa Fe, Mendoza, entre otras provincias. También se ha hecho
algún intercambio con Chile, con Uruguay siempre se van sumando. El Ejército
Argentino nos ha ayudado mucho, sobre todo el Regimiento de Patricios”.
DETALLES
Por otra parte, el
entusiasmo por replicar detalles de la vestimenta de la historia argentina
motivó que “en muy poco tiempo se perfeccionó y se empezaron a emular los
uniformes de 1806 y 1807.Tuvimos la ayuda de la sastrería militar donde se
hicieron muchos uniformes británicos y los escoceses de aquella época. Además,
replicamos las armas que se usaban en aquella época”.
La dedicación con
la que los aficionados replican ellos mismos los uniformes sólo se puede
entender por el entusiasmo con que participan en cada encuentro. “Cuando se ve
a los recreacionistas hay que pensar que su vestimenta, más las armas, tiene un
valor de arriba de 1 millón y medio de pesos como mínimo”, señaló el
especialista que recalcó las armerías argentinas que han “logrado un gran
detalle. Osvaldo Gatto logró fabricar la primera réplica de un arma de un
prócer argentino, nada menos que la de Manuel Belgrano. Sólo hay una diferencia
de 22 gramos con la original”.
También en los
eventos se suman grandes cañones que emulan a los de 1800 “que se tiran con
pólvora negra que lo único que hacen es ruido”.
HAZAÑAS
Más allá de estos
detalles estéticos, los recreacionistas viven en carne propia situaciones
similares a los verdaderos soldados. “Creemos mucho en los héroes y en todo el
esfuerzo que hicieron. Si uno se pone el uniforme y ve lo que cargaban para
lograr un fin en aquella época, se toma conciencia de la hazaña que realizaron
con tan pocas ventajas como las que tendríamos hoy en la vida moderna. Uno no
tiene idea del martirio que era para esta gente poder ir a defender un
territorio, porque el peso del mosquete, un sable, los cinturones, los gorros,
sombreros o morrones y las cartucheras con las municiones, entre otros
elementos, son kilos que había que ir cargando mientras caminaban durante días.
Nosotros lo comprobamos, por ejemplo, tres días en Ensenada de Barragán
mientras hacíamos en un encuentro recreaciones, acampando e intentando replicar
lo más cercano a lo que ellos vivieron y, realmente, fue durísimo”.
En tanto, la fecha
del 31 de julio se celebra como Día del Recreador Histórico en homenaje a San
Ignacio de Loyola, primer general español de la Compañía de Jesús. El motivo de
esto es que fue quien se dedicó a hacer una rigurosa reconstrucción en vivo de
un hecho histórico.
ENCUENTROS
La participación
en un recreación histórica se realiza sólo por invitación. A veces son emitidas
para participar en museos o cementerios cuando se quiere homenajear a un prócer
o figura histórica de importancia.
Pero también se
desarrollan en mega eventos como las réplicas por las invasiones inglesas o de
la época de la independencia.
En el mes de mayo
el Regimiento de Patricios organiza en su playón un encuentro destinado a las
escuelas en que se organizan réplicas de batallas famosas de la historia del
país. “Son invitados cerca de 7.500 chicos y desfila la Banda Militar Tambor de
Tacuarí del Regimiento de Patricios. Después hacemos una recreación histórica
entre los soldados verdaderos y nosotros que participamos, a veces, en los dos
lados. En mi caso sólo lo hago en el ejército escoses. Las armas son casi el
95% copias fieles de aquella época y el humo y estruendo que sale de los
cañones les encanta a los chicos”.
En ese evento el
vínculo que se crea con los pequeños observadores provoca muchas emociones en
los recreacionistas. “Poder hablar con los chicos y contarles historias sobre
lo que hacemos es muy conmovedor. Somos todos apasionados de la historia
argentina y tratamos de transmitir desde lo que hemos aprendido y leído, no de
libros de historia, sino de relatos de viajeros que son los que mejores relatan
los acontecimientos de la época. Nosotros no queremos tener una mirada política
y la mayoría de los historiadores la tuvieron”, concluyó el especialista que en
su vida laboral es maestro mayor de obra, pero con una profunda vocación por la
historia argentina.
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