La página de la Catedral de Buenos Aires, al describir su historia, menciona un artículo publicado en nuestro blog, cuestionando la afirmación de la filiación masónica de nuestro héroe máximo. Reiteramos a continuación dicho trabajo.
https://www.urbipedia.org/hoja/Catedral_Metropolitana_de_Buenos_Aires
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FORO SANMARTINIANO
San
Martín no fue masón
El propósito de
este artículo es difundir tres Documentos, publicados en una revista
especializada [1], cuyo director, Patricio Maguire, ha realizado un aporte
extraordinario a la historia argentina, demostrando lo que afirmamos en el
título. Desde mediados del siglo pasado algunos historiadores han sostenido que
el General San Martín fue masón, e incluso, interpretan su retiro del Perú como
resultado de una decisión masónica disponiendo que Bolívar se hiciera cargo del
mando en la gesta libertadora.
Recientemente, con
motivo de cumplirse el aniversario de las batallas de San Lorenzo y de Caseros,
la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones publicó una carta
en La Nación (26/1/98), manifestando que la masonería argentina “desea
expresar, con serena unción, que San Martín y Urquiza han integrado el rol de
sus miembros más conspicuos”.
Lo más triste es
que hasta autores católicos han aceptado la hipótesis como válida. Por ejemplo,
Carlos Steffens Soler afirma que nuestro héroe máximo “comienza su aventura
americana con un juramento formal en las logias inglesas” [2]. Sorprende este
tipo de aseveraciones, ya que, como lo admite uno de sus biógrafos más
conocidos “no existe ningún documento para probar que San Martín haya sido
masón” [3]. Cabe agregar el testimonio de dos ex- presidentes de la República,
que desempeñaron, además, el cargo de Gran Maestre de la Masonería Argentina.
Bartolomé Mitre escribió: “La Logia Lautaro no formaba parte de la masonería y
su objetivo era sólo político [4]. Es importante destacar que para esta
cuestión Mitre consultó al General Matías Zapiola, quien había integrado la
Logia. Por su parte, Domingo Faustino Sarmiento opinó: “Cuatrocientos
hispanoamericanos diseminados en la península, en los colegios, en el comercio
o en los ejércitos se entendieron desde temprano para formar una sociedad
secreta, conocida en América con el nombre de Lautaro. Para guardar secreto tan
comprometedor, se revistió de las fórmulas, signos, juramentos y grados de las
sociedades masónicas, pero no eran una masonería como generalmente se ha
creído...” [5].
La Revista
Masónica Americana, en su Nº 485 del 15 de junio de 1873, publicó la nómina de
las logias que existieron en todo el mundo hasta 1872, y en ella no figura la
Lautaro[ 6]. Así, el único antecedente que pueden exhibir quienes defienden la
hipótesis comentada, es una medalla acuñada por la logia “La Parfaite Amitié”,
de Bruselas, en 1825. Al respecto puede señalarse que la medalla sólo contiene
la efigie del General y la inscripción “Au General San Martín”, sin dársele el
tratamiento de “hermano” (H..). Como la Masonería no limita los homenajes a sus
propios miembros, y la figura del Libertador era suficientemente conocida en
Europa, dicho elemento no aporta ninguna evidencia [7]. Además, se ha llegado a
determinar que en 1825 el rey de Bélgica, Guillermo I, dispuso acuñar diez
medallas diseñadas por el grabador oficial del reino, Juan Henri Simeon, con la
efigie de otras tantas personalidades de la época. Aparentemente, debido a las
necesidades políticas internas, el rey concedió a la logia citada la acuñación
de la medalla destinada a San Martín. Hay que añadir que eso ocurrió en 1825, y
en los siguientes veinticinco años que vivió San Martín en el viejo continente,
no se produjo ningún hecho ni documento que lo vinculara a la organización.
Sobre la posición
de San Martín en materia religiosa, ha investigado especialmente el P.
Guillermo Furlong, quien llega a esta conclusión: “Hemos de aseverar que San
Martín no sólo fue un católico práctico o militante, sin que fue además, un
católico ferviente y hasta apostólico” [8].
Pero hay un
testimonio curioso, que viene a confirmar lo dicho, con ocasión de una misión
pontificia en Buenos Aires, presidida por Mons. Muzi, en 1824, estando San
Martín ya alejado de toda función oficial. En esa oportunidad, el Gobernador
Rivadavia no recibió al Vicario Apostólico, y tuvo actitudes sumamente
descorteses. Pues bien, el testimonio corresponde a un integrante de esta
misión, el P. Mastai Ferreti; quien sería luego el Papa Pío IX, apuntó en su
Diario de Viaje: “San Martín(...)recibido por el Vicario, le hizo las más
cordiales manifestaciones” [9].
La Masonería fue
condenada por el Papa Clemente XII mediante la Bula In Eminenti, del 4 de mayo
de 1738, donde se prohibe “muy expresamente(...)a todos los fieles, sean laicos
o clérigos (...) que entren por cualquier causa y bajo ningún pretexto en tales
centros(...)bajo pena de excomunión...”. Esta condenación fue confirmada por el
Papa Benedicto XIV en la Constitución Apostólica Providas del 15 de abril de
1751, y como consecuencia, fue también prohibida la Masonería en España, ese
año, por una pragmática de Fernando VI. Por ello es importante esclarecer este
punto, pues “el catolicismo profesado por San Martín establece una incompatibilidad
con la Masonería, a menos que fuera infiel a uno o a la otra” [10]. Consta en
las Memorias de Tomás de Iriarte, que Belgrano rechazó la posibilidad de
ingresar en la organización, “aduciendo precisamente, la condenación
eclesiástica que pesaba sobre la secta [11].
Consideramos que
los documentos obtenidos por Maguire aclaran definitivamente esta cuestión. El
primero, responde a un cuestionario solicitando informes sobre:
Logias: Lautaro,
Caballeros Racionales Nº 7 y Gran Reunión Americana.
Las personas
siguientes: Francisco Miranda, Carlos María de Alvear, Simón Bolívar [12], José
de San Martín, Matías Zapiola, Vicente Chilabert, Bernardo O’Higgins, Luis
López Méndez y Andrés Bello.
El segundo
documento es la respuesta de la Gran Logia de Escocia, y el tercero, la
correspondiente a la Gran Logia de Irlanda. Transcribimos a continuación la
traducción de los tres documentos, y luego las copias de los originales inglés.
En conclusión, si
no existe ningún documento que contradiga el contenido de estas cartas de las
propias autoridades masónicas, y, además, el análisis de su obra demuestra que
el Gran Capitán “hizo lo contrario de lo que la Masonería procuraba y fue
hostigado por ésta [13]”, el veredicto no merece ninguna duda: San Martín no
fue Masón.
Córdoba, 3-6-2008
Anexos:
DOCUMENTO I
Gran Logia Unida
de Inglaterra
Londres, 21 de
agosto de 1979
Estimado Señor,
Su carta del 7 de
agosto de 1979, dirigida al Gran Maestre, me ha sido derivada para su
contestación.
1. La Logia
Lautaro era una sociedad secreta política, fundada en Buenos Aires en 1812, y
no tenía relación alguna con la Francmasonería regular.
2. La tres Logias
que Ud. menciona en su carta, jamás aparecieron anotadas en el registro o en
los Archivos ni de los Antiguos ni de los Modernos ni de la Gran Logia Unida de
Inglaterra: no hubieran sido reconocidas como masónicas en este país entonces o
posteriormente.
3. Las seis
personas mencionadas en su carta, de acuerdo a nuestros archivos, nunca fueron
miembros de Logias bajo la jurisdicción de la Gran Logia Unida de Inglaterra.
4. La Gran Logia
de Inglaterra no era el único organismo masónico existente durante el período
en el cual Ud. está interesado. Existían Grandes Logias independientes en
Irlanda, Escocia, Francia, Holanda y Estados Unidos de América, todas las
cuales autorizaban la instalación de logias propias.
5. Nunca han
existido medios legales para prohibir que extranjeros en Inglaterra crearan sus
propias Logias, pero tal acción siempre ha sido considerada por la Gran Logia
de Inglaterra como una invasión de su soberanía territorial, y las logias así
creadas no serían reconocidas como regulares, ni se permitiría a sus miembros
concurrir a las Logias inglesas, o que los masones ingleses concurrieran a
aquellas.
Sinceramente suyo,
James William
Stubbs
Gran Secretario
DOCUMENTO II
Gran Logia de
Escocia
Edimburgo, 30 de
junio de 1980
Estimado Señor,
Con eferencia a su
carta del 17 de junio concerniente a las seis personas mencionadas en su
comunicación, le informo que las conexiones que la Gran Logia de Escocia tuvo
con Sudamérica fueron establecidas en fecha muy posterior a las de la Gran
Logia Unida de Inglaterra, ya que la primera Logia Escocesa no fue autorizada
hasta 1867.
Lamento no poder
ayudarle en su investigación.
Afectuosamente
suyo,
Gran Secretario
DOCUMENTO III
Gran Logia de
Irlanda
Dublin, 24 de
junio de 1980
Estimado Señor,
Gracias por su
carta del 17 de junio y por la copia de las cartas que Ud. recibió de la Gran
Logia Unida de Inglaterra.
La Gran Logia de
Irlanda nunca estuvo activa en Sud América y no hemos tenido relación alguna
con los organismos que Ud. menciona.
La respuesta a las
preguntas que Ud. específicamente formula son:
1. No hemos
emitido patentes (Cartas de Instalación) a ninguna de las Logias arriba
mencionadas y no existe registro alguno de ninguno de los nombres que menciona,
como miembros de logias irlandesas.
2. No existe
posibilidad alguna de que una logia nuestra haya emitido patentes o iniciado a
ninguna de las personas mencionadas, por cuanto no estaban activas en sus
áreas.
3. Desde el
establecimiento de la Gran Logia de Irlanda en 1725 se estableció que temas de
Política o Religión no podían ser considerados en ninguna de nuestras logias,
ni éstas tampoco debían comprometerse en actividad política alguna. Este
principio permanece vigente hasta el presente día.
Sinceramente suyo,
J.O. Harte
Gran Secretario
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Boletín Acción, Nº
44, marzo de 1998
Editor: Centro de
Estudios Cívicos
Redacción: Mario
Meneghini
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Referencias:
[1] Revista
Masonería y otras sociedades secretas, Buenos Aires, Nº 2, noviembre de 1981,
págs. 20-25; Nº 3, diciembre de 1981, págs. 15-20; Nº 5, febrero de 1982, págs
30-35.
[2] Carlos
Steffens Soler: San Martín en su conflicto con los liberales, Librería Huemul,
Buenos Aires, 1983, pág 27.
[3] Ricardo Rojas
:El Santo de la Espada, Buenos Aires, 1983, pág. 71.
[4] Cit. por
Héctor Piccinali: Testimonios católicos del General San Martín, Revista Mikael,
Buenos Aires Nº 16, 1978, pág. 90.
[5] El General San
Martín, cit. por H. Piccinali, op.cit. pág. 90
[6] Armando
Tonelli: El General San Martín y la Masonería, Buenos Aires, 1944, págs 23-24.
[7] Roque Raúl
Aragón: La Política de San Martín, Córdoba, Universidad Nacional de Entre Ríos,
1982, pág. 18-19; Cayetano Bruno: La religiosidad del General San Martín, Ed.
Don Bosco, Boulogne, Buenos Aires, 1978, págs 21-22. A. J. Pérez Amuchástegui,
sin prestar ninguna evidencia, opina que “es obvio que el General, como dice Le
Belge, tenía que estar vinculado a esa hermandad para que le honrase”
(Ideología y Acción de San Martín, Buenos Aires, Eudeba, 1966, pág. 88).
[8] Guillermo
Furlong: El General San Martín, ¿ Masón -Católico- Deísta?, Buenos Aires,
Theoría, 1963, pág 136.
[9] P. Cayetano
Bruno: Historia de la Iglesia en la Argentina, cit. por Héctor Piccinali en San
Martín y el Liberalismo, Revista Gladius, Buenos Aires, Nº 19, 25/12/90, pág.
116.
[10] Roque Raúl
Aragón, op.cit., pág.19.
[11] Tomás de
Iriarte: Memorias. Tomo I, cit. por Aragón, op.cit., nota 8, pág.19.
[12] Existe documentación
probatoria de que Bolívar perteneció a una logia de París, dependiente de la
Masonería Francesa, por eso no figura registrado en la rama anglosajona.
[13] Aragón, op.
cit., pág. 21.