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REFERENCIA A ESTE SITIO

 

La página de la Catedral de Buenos Aires, al describir su historia, menciona un artículo publicado en nuestro blog, cuestionando la afirmación de la filiación masónica de nuestro héroe máximo. Reiteramos a continuación dicho trabajo.


https://www.urbipedia.org/hoja/Catedral_Metropolitana_de_Buenos_Aires


***

 

FORO SANMARTINIANO

 

San Martín no fue masón

 

El propósito de este artículo es difundir tres Documentos, publicados en una revista especializada [1], cuyo director, Patricio Maguire, ha realizado un aporte extraordinario a la historia argentina, demostrando lo que afirmamos en el título. Desde mediados del siglo pasado algunos historiadores han sostenido que el General San Martín fue masón, e incluso, interpretan su retiro del Perú como resultado de una decisión masónica disponiendo que Bolívar se hiciera cargo del mando en la gesta libertadora.

 

Recientemente, con motivo de cumplirse el aniversario de las batallas de San Lorenzo y de Caseros, la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones publicó una carta en La Nación (26/1/98), manifestando que la masonería argentina “desea expresar, con serena unción, que San Martín y Urquiza han integrado el rol de sus miembros más conspicuos”.

 

Lo más triste es que hasta autores católicos han aceptado la hipótesis como válida. Por ejemplo, Carlos Steffens Soler afirma que nuestro héroe máximo “comienza su aventura americana con un juramento formal en las logias inglesas” [2]. Sorprende este tipo de aseveraciones, ya que, como lo admite uno de sus biógrafos más conocidos “no existe ningún documento para probar que San Martín haya sido masón” [3]. Cabe agregar el testimonio de dos ex- presidentes de la República, que desempeñaron, además, el cargo de Gran Maestre de la Masonería Argentina. Bartolomé Mitre escribió: “La Logia Lautaro no formaba parte de la masonería y su objetivo era sólo político [4]. Es importante destacar que para esta cuestión Mitre consultó al General Matías Zapiola, quien había integrado la Logia. Por su parte, Domingo Faustino Sarmiento opinó: “Cuatrocientos hispanoamericanos diseminados en la península, en los colegios, en el comercio o en los ejércitos se entendieron desde temprano para formar una sociedad secreta, conocida en América con el nombre de Lautaro. Para guardar secreto tan comprometedor, se revistió de las fórmulas, signos, juramentos y grados de las sociedades masónicas, pero no eran una masonería como generalmente se ha creído...” [5].

 

La Revista Masónica Americana, en su Nº 485 del 15 de junio de 1873, publicó la nómina de las logias que existieron en todo el mundo hasta 1872, y en ella no figura la Lautaro[ 6]. Así, el único antecedente que pueden exhibir quienes defienden la hipótesis comentada, es una medalla acuñada por la logia “La Parfaite Amitié”, de Bruselas, en 1825. Al respecto puede señalarse que la medalla sólo contiene la efigie del General y la inscripción “Au General San Martín”, sin dársele el tratamiento de “hermano” (H..). Como la Masonería no limita los homenajes a sus propios miembros, y la figura del Libertador era suficientemente conocida en Europa, dicho elemento no aporta ninguna evidencia [7]. Además, se ha llegado a determinar que en 1825 el rey de Bélgica, Guillermo I, dispuso acuñar diez medallas diseñadas por el grabador oficial del reino, Juan Henri Simeon, con la efigie de otras tantas personalidades de la época. Aparentemente, debido a las necesidades políticas internas, el rey concedió a la logia citada la acuñación de la medalla destinada a San Martín. Hay que añadir que eso ocurrió en 1825, y en los siguientes veinticinco años que vivió San Martín en el viejo continente, no se produjo ningún hecho ni documento que lo vinculara a la organización.

 

Sobre la posición de San Martín en materia religiosa, ha investigado especialmente el P. Guillermo Furlong, quien llega a esta conclusión: “Hemos de aseverar que San Martín no sólo fue un católico práctico o militante, sin que fue además, un católico ferviente y hasta apostólico” [8].

 

Pero hay un testimonio curioso, que viene a confirmar lo dicho, con ocasión de una misión pontificia en Buenos Aires, presidida por Mons. Muzi, en 1824, estando San Martín ya alejado de toda función oficial. En esa oportunidad, el Gobernador Rivadavia no recibió al Vicario Apostólico, y tuvo actitudes sumamente descorteses. Pues bien, el testimonio corresponde a un integrante de esta misión, el P. Mastai Ferreti; quien sería luego el Papa Pío IX, apuntó en su Diario de Viaje: “San Martín(...)recibido por el Vicario, le hizo las más cordiales manifestaciones” [9].

 

La Masonería fue condenada por el Papa Clemente XII mediante la Bula In Eminenti, del 4 de mayo de 1738, donde se prohibe “muy expresamente(...)a todos los fieles, sean laicos o clérigos (...) que entren por cualquier causa y bajo ningún pretexto en tales centros(...)bajo pena de excomunión...”. Esta condenación fue confirmada por el Papa Benedicto XIV en la Constitución Apostólica Providas del 15 de abril de 1751, y como consecuencia, fue también prohibida la Masonería en España, ese año, por una pragmática de Fernando VI. Por ello es importante esclarecer este punto, pues “el catolicismo profesado por San Martín establece una incompatibilidad con la Masonería, a menos que fuera infiel a uno o a la otra” [10]. Consta en las Memorias de Tomás de Iriarte, que Belgrano rechazó la posibilidad de ingresar en la organización, “aduciendo precisamente, la condenación eclesiástica que pesaba sobre la secta [11].

 

Consideramos que los documentos obtenidos por Maguire aclaran definitivamente esta cuestión. El primero, responde a un cuestionario solicitando informes sobre:

Logias: Lautaro, Caballeros Racionales Nº 7 y Gran Reunión Americana.

Las personas siguientes: Francisco Miranda, Carlos María de Alvear, Simón Bolívar [12], José de San Martín, Matías Zapiola, Vicente Chilabert, Bernardo O’Higgins, Luis López Méndez y Andrés Bello.

 

El segundo documento es la respuesta de la Gran Logia de Escocia, y el tercero, la correspondiente a la Gran Logia de Irlanda. Transcribimos a continuación la traducción de los tres documentos, y luego las copias de los originales inglés.

 

En conclusión, si no existe ningún documento que contradiga el contenido de estas cartas de las propias autoridades masónicas, y, además, el análisis de su obra demuestra que el Gran Capitán “hizo lo contrario de lo que la Masonería procuraba y fue hostigado por ésta [13]”, el veredicto no merece ninguna duda: San Martín no fue Masón.

 

Córdoba, 3-6-2008

 

Anexos:

 

DOCUMENTO I

 

Gran Logia Unida de Inglaterra

Londres, 21 de agosto de 1979

Estimado Señor,

Su carta del 7 de agosto de 1979, dirigida al Gran Maestre, me ha sido derivada para su contestación.

1. La Logia Lautaro era una sociedad secreta política, fundada en Buenos Aires en 1812, y no tenía relación alguna con la Francmasonería regular.

2. La tres Logias que Ud. menciona en su carta, jamás aparecieron anotadas en el registro o en los Archivos ni de los Antiguos ni de los Modernos ni de la Gran Logia Unida de Inglaterra: no hubieran sido reconocidas como masónicas en este país entonces o posteriormente.

3. Las seis personas mencionadas en su carta, de acuerdo a nuestros archivos, nunca fueron miembros de Logias bajo la jurisdicción de la Gran Logia Unida de Inglaterra.

4. La Gran Logia de Inglaterra no era el único organismo masónico existente durante el período en el cual Ud. está interesado. Existían Grandes Logias independientes en Irlanda, Escocia, Francia, Holanda y Estados Unidos de América, todas las cuales autorizaban la instalación de logias propias.

5. Nunca han existido medios legales para prohibir que extranjeros en Inglaterra crearan sus propias Logias, pero tal acción siempre ha sido considerada por la Gran Logia de Inglaterra como una invasión de su soberanía territorial, y las logias así creadas no serían reconocidas como regulares, ni se permitiría a sus miembros concurrir a las Logias inglesas, o que los masones ingleses concurrieran a aquellas.

Sinceramente suyo,

James William Stubbs

Gran Secretario

 

 

DOCUMENTO II

 

Gran Logia de Escocia

Edimburgo, 30 de junio de 1980

Estimado Señor,

Con eferencia a su carta del 17 de junio concerniente a las seis personas mencionadas en su comunicación, le informo que las conexiones que la Gran Logia de Escocia tuvo con Sudamérica fueron establecidas en fecha muy posterior a las de la Gran Logia Unida de Inglaterra, ya que la primera Logia Escocesa no fue autorizada hasta 1867.

Lamento no poder ayudarle en su investigación.

Afectuosamente suyo,

Gran Secretario

 

 

 

DOCUMENTO III

 

Gran Logia de Irlanda

Dublin, 24 de junio de 1980

Estimado Señor,

Gracias por su carta del 17 de junio y por la copia de las cartas que Ud. recibió de la Gran Logia Unida de Inglaterra.

La Gran Logia de Irlanda nunca estuvo activa en Sud América y no hemos tenido relación alguna con los organismos que Ud. menciona.

La respuesta a las preguntas que Ud. específicamente formula son:

1. No hemos emitido patentes (Cartas de Instalación) a ninguna de las Logias arriba mencionadas y no existe registro alguno de ninguno de los nombres que menciona, como miembros de logias irlandesas.

2. No existe posibilidad alguna de que una logia nuestra haya emitido patentes o iniciado a ninguna de las personas mencionadas, por cuanto no estaban activas en sus áreas.

3. Desde el establecimiento de la Gran Logia de Irlanda en 1725 se estableció que temas de Política o Religión no podían ser considerados en ninguna de nuestras logias, ni éstas tampoco debían comprometerse en actividad política alguna. Este principio permanece vigente hasta el presente día.

Sinceramente suyo,

J.O. Harte

Gran Secretario

 

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Boletín Acción, Nº 44, marzo de 1998

Editor: Centro de Estudios Cívicos

Redacción: Mario Meneghini

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Referencias:

[1] Revista Masonería y otras sociedades secretas, Buenos Aires, Nº 2, noviembre de 1981, págs. 20-25; Nº 3, diciembre de 1981, págs. 15-20; Nº 5, febrero de 1982, págs 30-35.

[2] Carlos Steffens Soler: San Martín en su conflicto con los liberales, Librería Huemul, Buenos Aires, 1983, pág 27.

[3] Ricardo Rojas :El Santo de la Espada, Buenos Aires, 1983, pág. 71.

[4] Cit. por Héctor Piccinali: Testimonios católicos del General San Martín, Revista Mikael, Buenos Aires Nº 16, 1978, pág. 90.

[5] El General San Martín, cit. por H. Piccinali, op.cit. pág. 90

[6] Armando Tonelli: El General San Martín y la Masonería, Buenos Aires, 1944, págs 23-24.

[7] Roque Raúl Aragón: La Política de San Martín, Córdoba, Universidad Nacional de Entre Ríos, 1982, pág. 18-19; Cayetano Bruno: La religiosidad del General San Martín, Ed. Don Bosco, Boulogne, Buenos Aires, 1978, págs 21-22. A. J. Pérez Amuchástegui, sin prestar ninguna evidencia, opina que “es obvio que el General, como dice Le Belge, tenía que estar vinculado a esa hermandad para que le honrase” (Ideología y Acción de San Martín, Buenos Aires, Eudeba, 1966, pág. 88).

[8] Guillermo Furlong: El General San Martín, ¿ Masón -Católico- Deísta?, Buenos Aires, Theoría, 1963, pág 136.

[9] P. Cayetano Bruno: Historia de la Iglesia en la Argentina, cit. por Héctor Piccinali en San Martín y el Liberalismo, Revista Gladius, Buenos Aires, Nº 19, 25/12/90, pág. 116.

[10] Roque Raúl Aragón, op.cit., pág.19.

[11] Tomás de Iriarte: Memorias. Tomo I, cit. por Aragón, op.cit., nota 8, pág.19.

[12] Existe documentación probatoria de que Bolívar perteneció a una logia de París, dependiente de la Masonería Francesa, por eso no figura registrado en la rama anglosajona.

[13] Aragón, op. cit., pág. 21.


SAN MARTÍN Y LA MASONERÍA

 


Periódico El Restaurador, 23-6-2021

El Dr. y profesor Jorge O. Sulé en el capítulo IV de su magnífico libro "La coherencia política de San Martín", trata el tema San Martín y la Masonería. Lo transcribimos en su totalidad por lo interesante de los datos aportados sobre esta cuestión, que siguen debatiendo distintos historiadores.

 

SAN MARTÍN Y LA MASONERÍA

Se ha incursionado bastante sobre este tema. Es hora de hacer un balance.

En el N* 16 de la revista "Todo es Historia” de agosto de 1968, una nota del Dr. Enrique de Gandía, haciendo uso de su acostumbrada actitud apodíctica, afirmó rotundamente el carácter masónico de San Martín: ardua e infructuosa tarea, porque tenía que corregir a conspicuos masones como Sarmiento, que explicaron que la Logia Lautaro “No era una masonería como generalmente se ha creído, ni menos las sociedades masónicas comprometidas en la política colonial…” (1).

También tuvo que enfrentar a su propio maestro, Bartolomé Mitre, Gran Maestre de la Masonería Argentina, que admitió que “La Logia Lautaro no formaba parte de la masonería y su objetivo era solo político...” (2). O tenía que rebatir a masones contemporáneos como Martín Lascano, que negó el carácter masónico de la Lautaro y, por consiguiente, de San Martín, en varias oportunidades.

También el historiador de la Academia Nacional de la Historia tuvo que enfrentar a sus pares de la Corporación, como Juan Canter (3) o Guillermo Furlong Cardiff que, en un valioso estudio aseveró que “San Martín jamás fue masón en el sentido que se le da hoy en día a este vocablo...San Martín perteneció a la Logia Lautaro. Es un hecho indubitable, pero igualmente lo es que esa logía nada tenía de masónica en el sentido heterodoxo de este vocablo fuera de sus formas externas...” (4).

El artículo del Dr. De Gandía no convenció porque no aportó documento probatorio alguno y, en cambio, originó varias réplicas, una de ellas publicada en el Suplemento N° 14 de la revista “Todo es Historia”, en la que el historiador de la Academia Sanmartiniana, Coronel Leopoldo Ornstein con aquilatada y profusa documentación, desnudó las pretensiones iconoclastas del primero y entibió el entusiasmo de los masones que viven en la Argentina, que nunca pudieron probar el masonismo de San Martin y, por el Contrario, muchos de estos en el siglo pasado y en este, lo siguieron negando.

Pero a nadie, hasta hace muy poco, en el mundo de los historiadores, se le había ocurrido consultar directamente a las logias centrales europeas de las que dependían las americanas, en cuyos archivos, tendrían que estar registradas tanto las logias como sus integrantes o, por lo menos, sus fundadores, como lo establecen  los registros de la masonería mundial.

Este camino de metodología directa y contundente lo etectivizó el historiador Patricio Maguire. Fallecido este gran investigador, todo su archivo de documentos históricos inéditos, pasó en custodia al historiador Norberto Chidemi quien ha dado a luz parte de dicho archivo. Entre estos documentos publicados, se encuentra la correspondencia entre el historiador Patricio Maguire y las Centrales de la Masonería de Inglaterra, Escocia, Irlanda y otras (5).

Transcribimos textualmente parte de esa correspondencia, que es definitivamente esclarecedora:

Carta de Patricio Maguire a  la Gran Logia de Inglaterra:

 

Madrid, Agosto 7. 1979,

Al Señor Gran Maestre de la

GRAN LOGIA UNIDA DF INGLATERRA

Freemasons May

Great Queen Street WC 2

LONDRES

Estimado señor:

Soy un historiador argentino que investiga los antecedentes de la revolución e independencia de las posesiones españolas en América, con especial referencia a la argentina.

Gran importancia se atribuye a la acción de la denominada Logia Lautaro, existiendo una controversia ya centenaria respecto si constituyó una logia masónica o una logia puramente política (…)

Ningún historiador ha dado a conocer una respuesta basada en documentos,

Todo ha sido deducción pura.

Por esta razón el suscripto recurre a vuestra amable ayuda (…)

(…) podría resultar posible que esa Gran Logia poseyera los archivos de aquella época donde se registraría la existencia, si fueran masónicas, de las logias y sus afiliados.

Las logias cuyos antecedentes procuro hallar son las siguientes:

1) Logia Lautaro (de Buenos Aires y de Chile)

2) Logia de Caballeros Racionales N° 7 de Londres

3) Logia Gran Reunión Americana de Londres.

Las dos primeras pueden haber sido fundadas en 1808 y 1811. La tercera, algunos autores señalan su creación hacia 1795.

Las principales personas que presidieron o pertenecieron a esas logias fueron:

1) Francisco Miranda, de Venezuela.

2) Carlos María de Alvear, de Buenos Aires.

3) Simón Bolívar, de Venezuela.

4) José de San Martín, Matías Zapiola y Martiniano Chilavert, de Buenos Aires.

5) Bernardo O'Higgins, de Chile.

6) Luis López Méndez y Andrés Bello, de Venezuela.

Preguntamos:

¿Algunas de las mencionadas logias fueron inscriptas por la Gran Logia Unida de Inglaterra?

¿Podían los masones extranjeros ajenos a la jurisdicción inglesa instalar logias masónicas en Inglaterra durante aquellos años?

¿Existe algún documento de carácter masónico en los Archivos de esa Gran Logia, referentes a las logias o personas antes mencionadas, y de existir, podría obtenerse fotocopia de los mismos, teniendo en cuenta su valor histórico?

Quedaría muy agradecido a las autoridades de esa Gran Logia por cualquier información que pudieran suministrarme.

                                                        Patricio Maguire

Mi domicilio hasta  el 15 de octubre de 1979:

Patricio Maguire

Lagasca 67 Ap. 309 B

MADRID- ESPAÑA

 

La respuesta no se hizo esperar, y la contestación llegó de esta manera:

 

Gran Logia Unida de Inglaterra

Freemasons Hall — Great Queen Street- London

Departamento del Gran Secretario.

Señalar la correspondencia como personal.

21 de agosto de 1979

Estimado Señor:

Su carta del 7 de agosto de 1979, dirigida al Gran Maestro, me ha sido derivada para su contestación.

1) La Logia Lautaro era una sociedad secreta política, fundada en Buenos Aires en 1812 y no tenía relación alguna con la Francmasonería regular.

2) Las tres logias que Ud. menciona en su carta, jamás aparecieron anotadas en el Registro o en los Archivos ni de los Antiguos modernos y de la Gran Logia Unida de Inglaterra: no hubieran sido reconocidas como masónicas en este país entonces ni posteriormente.

3) Las seis personas mencionadas en su carta, de acuerdo a nuestros archivos, nunca fueron miembros de logias bajo la jurisdicción de la Gran Logia Unida de Inglaterra.

4) La gran Logia de Inglaterra no era el único organismo masónico existente durante el período del cual está usted interesado. Existían grandes logias independientes en Irlanda, Escocia, Francia, Holanda y  Estados Unidos de América, todas las cuales autorizaban la instalación de logias propias.

5) Nunca han existido medios legales para prohibir que extranjeros en Inglaterra crearan sus propias logias, pero tal acción siempre es considerada por la Gran Logia de Inglaterra como una invasión a su soberanía territorial, y las logias así creadas no serían reconocidas como regulares, ni se permitiría a sus miembros concurrir a logias inglesas o que los masones ingleses concurrieran a aquellas

Sinceramente suyo.

JW Brubbs. Gran Secretario

 

P. Maguire, Esq.,

Lagasca 67- Ap. 309 B

Madrid Spain

 

En la misma fecha el historiador Maguire dirigió una carta a la logia Quator Coronati N° 2076, que está en la misma sede de la Gran Logia Unida de Inglaterra y que agrupa en su seno a historiadores masones dedicados a la investigación.

El tono y el requerimiento del historiador argentino son similares  a los utilizados en la carta anterior.

Espigaremos algunos fragmentos por la similitud de la respuesta.

”…Es una cuestión a la cual recibimos requerimientos de tiempo en tiempo, pero sobre la cual estamos imposibilitados de proveer cualquier evidencia sobre las fuentes primarias debido a que no existió contacto alguno entre la francmasonería regular y esos movimientos dedicados a la independencia de Sudamérica. Las logias a las cuales Ud. se refiere en su carta no eran en ningún aspecto logias masónicas regulares, sino sociedades secretas políticas...”

Luego, el autor de la respuesta sugiere la lectura de Mitre y transcribe párrafos de su obra en la que cl autor argentino se explaya en los mismos términos.

Ya finalizando la carta, expresa:

“Que varios miembros de la Lautaro fueron masones no cabe la menor duda. Uno de mis predecesores John Heron Lepper, quien fue un lingüista español y una autoridad en asuntos de Sudamérica, dijo que él había investigado todo registro probable en Freemasons Hall con el objeto de relacionar aquellos con la logia inglesa, pero sin éxito.

(…) Lamento que mis informes (...) Los archivos por lo tanto, están desprovistos de documentación referente a las entidades y personas que Ud. menciona. Espero que lo manifestado sin embargo pueda servirle de ayuda.

Suyo sincera y fraternalmente

TO Hauch

Bibliotecario y Curador Sr.

Patricio Maguire

Lagasca 67 Ap. B 309

Madrid, España.

 

Cartas similares, el historiador argentino, dirigió a la Gran Logia de Escocia y a la Gran Logia de Irlanda con resultado negativo.

 

No existe, por lo tanto, rastros en las grandes logias inglesas, escocesas e irlandesas, que pudieran probar el masonismo de la Logia Lautaro y de San Martin. El historiador Maguire no hizo la pesquisa en las logias francesas y holandesas. O bien consideró la indagatoria como improcedente por estar Holanda o Francia fuera de la cuestión o por sospechar que los resultados negativos de las respuestas hubieran sido similares a las obtenidas por Inglaterra.

 

Por lo tanto, reiteramos que la Logia Lautaro fue una reunión de americanos con exclusivos fines políticos y militares como lo fue en este siglo el G.O.U (Grupo de Obra y Unificación) que programó y llevó a cabo la Revolución de 1943. En otras palabras, existían grupos políticos y militares al margen de la masonería e independientes de su ideología y sus mandatos, con frecuencia opuestos ideológicamente a ella y que se reunían en la prosecución de objetivos políticos y/o militares.

 

(1) “El Gran San Martin”, en Galería de Celebridades Argentinas, Buenos Aires, 1954

 

(2) Mitre, Bartolomé: “Historia de Belgrano y la Independencia Argentina”, Editorial Estrada, 1947.

 

(3) Canter, Juan: “Historia de las sociedades secretas y literarias”. T.V, 1ra; Sección, Academia Nacional de la Historia.

 

(4) Furlong Cardiff, Guillermo: “El Gral. San Martín ¿masón, católico, deísta? Editorial Theoría, 1960.

 

(5) Chindemi, Norberto: "Historia y Política”, Edit. Los Nacionales, Buenos Aires, 1996.

ACLARACIÓN SOBRE LA LOGIA "LA PERFECTA AMISTAD"


En el post anterior se publicó un artículo sobre la famosa medalla acuñada en Bélgica con la efigie del Libertador. Al respecto, es necesario insistir una vez más, en que nuestro héroe nunca perteneció a la masonería. Reproducimos, a continuación, un comentario que documenta lo afirmado.

 

Nuevos datos sobre San Martín

En la revista Todo es Historia, se publicó un artículo del embajador Guillermo Jacovella[1], que aporta nueva información, debidamente documentada, que complementa lo sostenido en nuestro artículo "San Martín no fue masón" (http://forosanmartiniano.blogia.com/2006/octubre.php  ).

 

1. Nos interesa detenernos en lo que se expone respecto a la medalla confeccionada por el artista belga Jean Henri Simon, una de las diez que preparó por encargo del Rey, como homenaje a otros tantos hombres célebres. Para esta medalla el general posó expresamente, y se logró el único retrato de perfil de nuestro héroe. Se conserva una sóla medalla en bronce, en la Biblioteca Real de Bruselas, que tiene escrito, en el reverso: “Loge La Parfaite Amitié constituée a l’Oriente de Bruxelles le 7 julliet 5807 (1807) au Géneral San Martín 5825 (1825)”.

En el anverso, figura “General San Martín”, alrededor del retrato, y abajo “Simon F”, indicando el nombre del grabador y su pertenencia a la masonería (F: frere, hermano).

 

2. Se puede deducir que esta medalla fue confeccionada sobre el molde de la oficial, encargada por el Rey, y no hay constancias de que San Martín la haya recibido. No figura en ella como “F”, sino como General. Tampoco figura su nombre en las listas y actas de la logia mencionada, como lo ha reconocido Frank Langenauken, director del Centro de Documentación Masónica de Bruselas. Esto es muy importante, pues, al ser ocupada Bélgica en la 2da. Guerra Mundial, los alemanes incautaron archivos oficiales y de la masonería. Luego esos archivos quedaron en poder de la Unión Soviética en Moscú, y el gobierno belga consiguió recuperarlos recientemente

 

3. Hace una década, el Dr. Terragno escribió: “Cuando todos los materiales estén clasificados y al alcance de los investigadores, quizá surjan nuevos elementos sobre la Parfeite Amitié y los vínculos masónicos de San Martín en Bruselas”[2]. Pues bien, estando ya los documentos disponibles, se realizó una exhaustiva investigación, “sin que se pudiera encontrar mención alguna al general San Martín o al homenaje de la referida medalla”[3].

 

4. Consideramos muy valiosa la información aportada por el señor Jacovella, para desmentir una falsedad histórica. Debemos discrepar, sin embargo, con dos afirmaciones del autor:

a) que “se puede afirmar que era de claras convicciones liberales”;

b) que la masonería no estuvo condenada por la Iglesia hasta 1884.

 

5. Sostiene Jacovella que “si San Martín hubiera querido iniciarse en la masonería durante los largos años que vivió en Europa (hasta 1850), ello no hubiera sido abiertamente incompatible con su condición de católico y mucho menos de liberal” (p.25). La encíclica de 1884, a la que se refiere el autor, es la Humanum genus, de León XIII. Pues bien, ese documento ratifica expresamente las constituciones:

 

“In eminenti”, de 24-4-1738, de Clemente XII.

“”Providas”, de 18-5-1751, de Benedicto XIV.

“Ecclesiam a Iesu Christo”, de 13-9-1821.

“Quo graviora”, 13-3-1825, de León XII.

 

A través de dichos documentos, la “Sede Apostólica denunció y proclamó abiertamente que la masonería, constituída contra todo derecho divino y humano, era tan perniciosa para el Estado como para la religión cristiana. Y amenazando con las penas más graves que suele emplear la Iglesia contra los delincuentes, prohibió terminantemente a todos inscribirse en esta sociedad”[4].

 

6. Sobre el liberalismo, nos pronunciamos en "San Martín, ni masón ni liberal" (www.mario-meneghini.blogspot.com ).

7. Félix Luna, director de la revista Esto es Historia, hasta su fallecimiento, escribió en el editorial del número comentado, refiriéndose a San Martín:

 

“…no hizo falta ninguna medida de gobierno para imponer su culto. En este aspecto, vemos cómo han sido inútiles algunos intentos de revisar el recuerdo histórico de San Martín aportando pretendidos documentos o revelaciones que modificarían sustancialmente su personalidad. Así, los intentos de presentarlo como un mestizo, hijo de una india guaraní, o los que le adjudican hijos ilegítimos habidos en el Perú. Aparte de la orfandad de las pruebas que se presentaron en estos casos, estas revisiones no calaron popularmente ni sirvieron para que la imagen clásica del Libertador se modificara”.

 

[1] Jacovella, Guillermo. “San Martín y los ideales masónicos”; Todo es Historia, Nº 505, agosto de 2009, páginas 20-25.

[2] Terragno, Rodolfo H. “Maitland & San Martín”; Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes, 1999, p. 193.

[3] Jacovella, op. cit., p. 23.

[4] “Humanum genus”; p. 4.