EL GENERAL BELGRANO

En un nuevo aniversario del fallecimiento de uno de los padres de la Patria, es oportuno reiterar el homenaje que merece. Además de sus otras cualidades y de su amistad cívica con el General San Martín (1), cabe mencionar su austeridad de vida.

Poco antes de morir, debió entregar al médico que lo atendía un reloj de bolsillo, único bien que le quedaba. Recordemos que el premio de 40 mil pesos oro, concedido por la Asamblea del año 13, lo donó para la construcción de escuelas. Se ha estimado que dicha suma equivale hoy a 3,5 millones de dólares (2), lo que resalta su generosidad y desprendimiento de los bienes materiales. 
Ojalá su ejemplo sea imitado por los gobernantes argentinos del presente.



(2) Clarín, 20-6-13