por Carlos E. Viana
Informador Público, 27-10-17
“¡Provincias del Río de la Plata! El día más célebre
de nuestra revolución está próximo a amanecer. Voy a dar la última respuesta a
mis calumniadores: yo no puedo hacer más que comprometer mi existencia y mi
honor por la causa de mi país”.
Cuartel General de Valparaíso 20 de Julio de 1820,
General don José de San Martín.
Las piedras golpearon en el corazón de quienes nos
sentimos argentinos, al romper el busto del General San Martín. Nuestra
Historia y la figura de nuestro principal héroe, ejemplo de militar, político,
caballero y patriota, sufría el ataque de unos niños, instados por los miembros
de la Resistencia Ancestral Mapuche. Dijo Cristo: “…y al que escandalizare a
unos de estos pequeñuelos, que creen en mí, más les valiera le colgasen al
cuello una piedra de molino de asno y lo hundieran en el fondo del mar”, San
Mateo 18/6.
Traición
Más de dos meses antes, Santiago Maldonado con
miembros del RAM apedreaba a un grupo de gendarmes que cumplían con su deber de
despejar la estratégica Ruta 40. Lo hicieron bajo la orden de un Juez Federal,
cumpliendo con su deber de defender nuestras fronteras y fueron agredidos por
esta violenta organización RAM.
El RAM junto con Maldonado, que convivía con ellos,
reclama casi la mitad de nuestra Patagonia, como territorio soberano propio y
pretende que Argentina adopte una dictadura como la de Evo Morales.
El RAM le ha declarado la guerra a Argentina, no
reconoce a sus autoridades, ataca, destruye edificios públicos y ha agredido
violentamente a nuestra Embajada en Chile. Son hechos manifiestos que
constituyen ataques ya no solo a Gendarmes sino a los valores de nuestra Nación
con la destrucción de un busto de nuestro general San Martín, hecho que han
reivindicado, llamando a nuestro prócer invasor.
Un caso evidente de traición a la Patria tal cual lo
dice el artículo 119 de la Constitución Nacional: “La traición contra la Nación
consistirá únicamente en tomar las armas contra ella, o en unirse a sus
enemigos prestándoles ayuda y socorro”.
Además de terroristas, los miembros del RAM son
ignorantes. No saben que Don José nació en la Reserva de Yapeyú, que su nodriza
fue una india guaraní, a quien él quiso mucho y que tenía en su niñez amiguitos
guaraníes.
El Gobernador realista de Chile, General Marco del
Pont, le dijo al Coronel Álvarez Condarco, que había sido enviado en misión
diplomática, “Yo firmo con mano blanca, no como la de su general, que es
negra”, en alusión a San Martín a quien llamaba “el cholo”.
Trágicamente, un descendiente del General Marco del
Pont y tan asesino como él, planeó también atacar Argentina, para imponerle un
trapo rojo y una dictadura totalitaria, en medio de la Guerra Fría, que aquí
fue caliente.
Este asesino en su manual terrorista, aconsejó
precisamente lo que hicieron el RAM y Maldonado: "Uno de los puntos más
débiles del enemigo es el transporte por carretera y ferrocarril. Es
prácticamente imposible vigilar metro a metro un transporte, un camino, un
ferrocarril". Cortaron la Ruta estratégica Ruta Nacional 40. Además habían
asesinado a un policía hace dos años, quemaron en Chile a un matrimonio, como
en un auto de Inquisición.
¿Estas víctimas, no tienen derechos humanos?
¿Donde están el CELS, la APDH, Las Madres y Abuelas de
Plaza de Mayo, Nora Cortiña? Apoyando la traición.
La Historia vuelve a repetirse
Quizá lo que el RAM Tehuelche no le perdona a San
Martín, es que el General ayudó a los Pehuenches-Tehuelches, que posteriormente
en 1.825, el Cacique Mapuche Anteñir, invadiendo Argentina desde Chile, con
cinco mil lanzas, asesino y mato en un cruel genocidio, a estos indígenas
originarios, incluyendo a mujeres, ancianos y niños.
Apología de la Traición
Periodistas, diputados y políticos, justifican expresa
o tácitamente, estos ataques a la soberanía y el Honor Nacional, a los que en
otras oportunidades reivindican hipócritamente la Soberanía e ignoran la grave
ofensa hecha a la Nación por el RAM (amigos de Maldonado), al atacar a pedradas
y revolcar, una estatua del General San Martín.
La mayoría de los primeros, no condenan el acto, solo
lo describen a veces alegremente y no solo los que ya nos traicionaron, sino
otros que se oponen al kirchnerismo. Mientras, algunos diputados que juraron
lealtad a la Nación y políticos entusiasmados por arrimar votos, hacen la
apología de Maldonado y de sus hermanos del RAM.
El Gobierno Nacional y el desagravio a San Martín
Llama la atención, que ni el Gobierno Nacional ni los
provinciales, hayan hecho ni siquiera declaraciones desagraviando la imagen del
General San Martín. La Dignidad Nacional lo exige y sobre todo advirtiendo los
ataques a la Soberanía Nacional, avalados cobardemente por el Juez Lleral.
Argentinos no asistamos cobardemente a la Desaparición
Forzada del Honor Nacional, No reemplacemos a San Martín por Maldonado.
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