ANTE LOS RESTOS DEL GRAL. SAN MARTÍN
Carlos Guido y Spano
Faltaba esa reliquia a nuestra tierra,
este homenaje a nuestro honor faltaba;
la memoria del héroe reclamaba
en la patria el sepulcro que hoy cierra.
Ante él se inclina el genio de la guerra,
cuya luz su alta mente iluminaba
cuando el libre pendón triunfante alzaba,
del mundo asombro, en la gigante sierra.
Fue su gloria sin mancha y sin ocaso;
de Mayo el verde lauro la eternice,
y antes de hollarle América sucumba.
Rompió el alma inmortal su frágil vaso:
“Yace aquí San Martín” el mármol dice;
pero a tal nombre es pórtico la tumba.
SAN MARTÍN
Canto lírico (fragmento)
Olegario V. Andrade
--------------------------------------
¡Milagros de la gloria!
Tu espada, San Martín hizo el prodigio:
Ella es el lazo que une
Los extremos de un siglo ante la historia.
Y entre ellos se levanta,
Como el sol en el mar dorando espumas,
El astro brillador de tu memoria.
No morirá tu nombre,
Ni dejará de resonar un día
Tu grito de batalla,
Mientras haya en los Andes una roca
Y un cóndor en su cúspide bravía.
¡Está escrito en la cima y en la playa,
En el monte, en el valle, por doquiera,
Y alcanza de Misiones al Estrecho
La sombra colosal de tu bandera!
Carlos Guido y Spano
Faltaba esa reliquia a nuestra tierra,
este homenaje a nuestro honor faltaba;
la memoria del héroe reclamaba
en la patria el sepulcro que hoy cierra.
Ante él se inclina el genio de la guerra,
cuya luz su alta mente iluminaba
cuando el libre pendón triunfante alzaba,
del mundo asombro, en la gigante sierra.
Fue su gloria sin mancha y sin ocaso;
de Mayo el verde lauro la eternice,
y antes de hollarle América sucumba.
Rompió el alma inmortal su frágil vaso:
“Yace aquí San Martín” el mármol dice;
pero a tal nombre es pórtico la tumba.
SAN MARTÍN
Canto lírico (fragmento)
Olegario V. Andrade
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¡Milagros de la gloria!
Tu espada, San Martín hizo el prodigio:
Ella es el lazo que une
Los extremos de un siglo ante la historia.
Y entre ellos se levanta,
Como el sol en el mar dorando espumas,
El astro brillador de tu memoria.
No morirá tu nombre,
Ni dejará de resonar un día
Tu grito de batalla,
Mientras haya en los Andes una roca
Y un cóndor en su cúspide bravía.
¡Está escrito en la cima y en la playa,
En el monte, en el valle, por doquiera,
Y alcanza de Misiones al Estrecho
La sombra colosal de tu bandera!
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