ENTREVISTA CON MARCELO GULLO


 el politólogo argentino que quedó en medio de la polémica entre México y España

 

Claudia Peiró

Infobae, 28 Sep, 2024

 

No es la primera vez que el nombre de Marcelo Gullo Omodeo aparece en medio de la polémica generada por el gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a partir de su extemporáneo pedido de disculpas a la Corona española por la conquista de México. Un absurdo histórico y político.

 

En 2021, cuando se conmemoran los 500 años de la caída de Tenochtitlán, el presidente mexicano lanzó una diatriba contra Gullo al que calificó de “escritor pro-monárquico de nuestro continente”. AMLO aludió indignado a la afirmación del ensayista argentino de que “España no conquistó a América, sino que España liberó a América, pues Hernán Cortés, cito textualmente, ‘aglutinó a 110 naciones mexicanas que vivían oprimidas por la tiranía antropófaga de los aztecas y que lucharon con él’”.

 

Un par de años antes, en 2019, López Obrador le había enviado al Rey de España una carta exigiendo una disculpa pública por la Conquista.

 

Ahora, la presidente electa de México, Claudia Sheinbaum, ahijada política de AMLO, quiere dar continuidad a la polémica negándose a invitar a Felipe VI a la ceremonia de inauguración de su mandato el 1° de octubre, con el argumento de que la Corona española le faltó el respeto a su antecesor al no responder su amable invitación a la autocrítica.

 

Lo irónico es que esta es una pelea de dos gobiernos progresistas, ambos cultores de la leyenda negra antiespañola. En 2019, España, ya gobernada por Pedro Sánchez, anunció que no conmemoraría oficialmente los 500 años de la hazaña de Hernán Cortés, verdadero fundador de México.

 

Pero el destrato al Rey fue demasiado y a Sánchez no le quedó más remedio que reaccionar. Calificó de “inaceptable” e “inexplicable” la exclusión de Felipe VI de la toma de posesión de Sheinbaum y anunció que tampoco él asistiría a la ceremonia. No habrá ninguna representación diplomática de España en la ceremonia. La extrema izquierda española, en tanto, se apresuró a avisar que sí estará presente. La humillación a España en la persona de su Rey no la concierne.

 

Claudia Sheinbaum habló de “agravio” al pueblo mexicano -por la no respuesta a la carta de AMLO- y avisó que su Gobierno insistirá en reclamar la disculpa de España. La falsificación de la historia como política de Estado.

 

En medio de la polémica, el jefe de la oposición española, Alberto Núñez Feijoó, diputado y presidente del Partido Popular, dijo que le enviaría a Sheinbaum un ejemplar del libro “Nada por lo que pedir perdón”, que es el segundo de la trilogía escrita por Marcelo Gullo contra la leyenda negra antiespañola.

 

“Nada por lo que pedir perdón” lleva por subtítulo “La importancia del legado español frente a las atrocidades cometidas por los enemigos de España”, y fue precedido por Madre Patria. Desmontando la leyenda negra de Bartolomé de las Casas al separatismo catalán, y seguido por Lo que América le debe a España. El legado español en el Nuevo Mundo. Los tres han sido best sellers en la categoría ensayos en España, pero no se venden en las librerías de Hispanoamérica lo que da la medida de hasta qué punto ha penetrado en nuestros países la leyenda negra antiespañola que en el fondo es también la deslegitimación de nuestros orígenes históricos y culturales.

 

Doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de El Salvador y con estudios de posgrado en Ginebra y en Madrid, Marcelo Gullo es autor de varios libros sobre política internacional y los procesos de construcción de naciones. Es conferencista y profesor en la Escuela Superior de Guerra.

 

— Asistimos en estos días a un cruce entre México y España por el tema de la conquista. Claudia Sheinbaum, la nueva presidente de México que va a asumir el 1° de octubre decidió no invitar al Rey de España, con el argumento de que España no pidió perdón por la conquista de hace 500 años. Por un supuesto genocidio. Pedro Sánchez reaccionó por fin y se produjo un cruce de declaraciones. En el medio de ese debate aparecés vos, un historiador argentino, citado por Alberto Feijoó. ¿Qué hiciste para estar en esa polémica?

 

— Bueno, lo que hice fue publicar tres libros que causaron un gran impacto en España. El primero fue “Madre Patria”, desmontando la leyenda negra desde Bartolomé de las Casas -el más grande mentiroso de la historia- hasta el separatismo catalán. El presidente López Obrador me insultó en público, yo le contesté con una carta abierta que fue publicada en el diario El Mundo diciéndole que esto se podía zanjar con un debate en una ciudad neutral como Ginebra, que él eligiera cuatro historiadores y yo cuatro, y discutiéramos como se hacía en las antiguas universidades cuando había libertad académica para ver y sacar alguna conclusión al respecto. Por supuesto, el presidente no contestó. Después publiqué “Nada por lo que pedir perdón”, que es el libro que el señor Feijoó, el jefe de la oposición en España, líder del Partido Popular, dice que le va a regalar a la futura presidente de México. Finalmente, “Lo que América le debe a España”. Estos libros causaron cierto revuelo también en México.

 

— Uno se preguntaría si López Obrador y Claudia Sheinbaum tienen ascendencia azteca, por esta queja hacia España... Tengo entendido que López Obrador es 100% sangre española.

 

— Es asturiano, vienen de Asturias, todos sus parientes, la señora Claudia tampoco tiene nada que ver con los aztecas. Pero eso no sería el problema. El problema reside en que la señora Claudia, y hago hincapié en ella porque es todavía más incisiva que López Obrador, porque viene de la formación del antiguo Partido Comunista, ella tiene, como todos los mexicanos, el síndrome de la mujer maltratada por un golpeador. No se atreve a denunciarlo. Digo esto porque en realidad el subdesarrollo de México no es culpa de España. La verdad que yo publico en mis libros es que, al momento de la independencia de España, la Ciudad de México era mucho más rica que todos las ciudades de Estados Unidos, que eran aldeas, Boston, Nueva York etc. Algún indigenista me acusará de blanco, europeo, argentino, de derecha, católico. No, no, esto es un dato científico, recabado por el barón von Humboldt, que era un hombre fervientemente anticatólico y antiespañol. Pero tenía lo que no tienen hoy profesores en las universidades: objetividad. Cuando llega a México, ¿qué dice Humboldt? Ah, nunca vi esto, nunca vi una ciudad tan moderna. Era 1820. Nunca vi una ciudad tan moderna como México. No hay ciudad comparable en Europa. Y cómo es la suerte de los hombres de las clases bajas? Porque quería encontrar algo en contra de España y no podía.

 

— A eso vino en realidad. Humboldt vino para hacer un informe negativo.

 

— Cierto, era de esos hombres enemigos de España y del catolicismo, pero que tenían objetividad, es decir, eran científicos, profesores. Se pregunta cómo es la vida de los sectores populares. Y dice señores, acá hay un mito. Acá no existe el trabajo forzado en la mina, todo el trabajo es asalariado. Saca las cuentas y dice un minero en México Gana tres veces más que en Alemania, mucho más que en Rusia y mucho más que en Inglaterra. Y dice: los sectores populares en México comen más carne, más pan y toman más vino que los sectores populares en París. Es decir, que el subdesarrollo de México no se lo deben a la conquista española. Se lo deben a que los Estados Unidos le quitó el 60% de su territorio. Y no cualquier pedazo de territorio. Le quitó California en 1848. Y se convierte Estados Unidos en el principal productor de oro del mundo, gracias a California. Le quitó Texas en 1910. Estados Unidos se convierte en el principal productor de oro negro del mundo, de petróleo, gracias a Texas. ¿Y por qué digo lo del síndrome de la mujer golpeada o síndrome de Estocolmo? Porque los mexicanos son valientes delante del Rey de España. Pero muy cobardes delante de los Estados Unidos, porque se esconden debajo de la mesa antes de decirle a Trump o a Biden, o a Kamala si gana, que pidan perdón por haberles robado el 60% de su territorio.

 

— Sheinbaum continúa a AMLO en eso de reclamar a España y no a Estados Unidos...

 

— Sí, porque ella jamás, jamás, en un solo discurso, criticó a ningún presidente de Estados Unidos, sino que los admira, le da besitos a Kamala.

 

— Otra cosa que constata Humboldt cuando llega a América es que no hubo genocidio. Se sorprende por la cantidad de indios que hay. Sin embargo se siguen manejando cifras exorbitantes de masacres, a partir de ciertos libros, porque Bartolomé de las Casas tuvo mucha cría, como el famoso libro de Eduardo Galeano “Las Venas abiertas de América Latina” con los millones de indios masacrados por España. Y vos decís que la persona que más seriamente estudió el tema es también un argentino, que estableció una cifra más realista de la posible población de la América precolombina que demuestra que es imposible que los españoles hayan matado 40 millones de indios, porque no los había...

 

— El estudio más serio sobre la población en América lo hizo un científico argentino, y jamás nadie se atrevió a refutarlo porque era muy sólido en antropología y estadísticas. Es Ángel Rosenblat que dice mal pudo haber un genocidio. Sus cálculos dan 14 millones de habitantes. En cuanto a Galeano, él mismo dice al final de su vida, porque uno se va a morir quiere que le perdonen las mentiras, que no volvería a leer ese libro porque “Las venas...” es un panfleto. Y sin embargo, todos los papanatas de la UBA estudian el libro de Galeano y no el de Rosenblatt, que fue uno de los más grandes profesores de la UBA. Hay otra cosa que confirma esto. Si vos y yo nos vamos a tomar una cervecita a Georgetown, nos vamos al lado del río en verano, no vamos a ver pasar ningún mestizo anglosajón. Porque la política de Inglaterra fue: el mejor indio es el indio muerto. Vamos a ver pasar un mestizo nuestro. Un mestizo hispanoamericano, nuestro, porque allá no hubo mestizaje. Acá hubo mestizaje.

 

— Ahora Pedro Sánchez se quejó porque no invitaron al Rey, pero en el 2019, cuando se cumplieron los 500 años de la conquista de México, su gobierno declaró que no iban a conmemorar oficialmente a Hernán Cortés. Es difícil reclamarle a los demás que respeten tu historia si uno mismo no la respeta. Esa decisión de no conmemorar los 500 años de la de la conquista de México no genera respeto ante el mundo y es una constante últimamente en España también.

 

— Sánchez pertenece a la corriente progresista española, ligada a la corriente progresista hispanoamericana de Evo Morales, López Obrador, el señor Gabriel Boric, la señora Cristina Fernández de Kirchner -en contra de todo lo que pensaron siempre Juan Domingo Perón y Eva Perón. Los progresistas son los caniches de la oligarquía financiera mundial, del imperialismo anglosajón y cumplen el trabajo de dividir España y dividir más Hispanoamérica y por eso asumen la leyenda negra, que es la obra más genial del marketing político británico. Si bien es cierto que nace en Italia pero la leyenda negra toma consistencia en Alemania, en Holanda, y se hace política de Estado en Inglaterra. Además no nace en la izquierda, nace en la derecha, porque son las oligarquías hispanoamericanas las que, cuando definitivamente se lo derrota a Juan Manuel de Rosas, adoptan la leyenda negra. Porque esta gente, Sarmiento, Mitre y compañía, apoyó la invasión anglo francesa. Entonces, para justificar su apoyo al enemigo histórico de la Argentina, asumieron la leyenda que entonces se hace institucional. Nace en la derecha y muta a la izquierda recién en 1930. También va a mutar en España, a partir del Partido Comunista y su hegemonía cultural en España, se van haciendo negrolegendarios. Y entonces pasó algo único en la historia. España es el único país en el mundo que cree la historia contada por sus enemigos. Como si un romano creyese la historia de Roma contada por Cartago. En España, la progresía hace suya la historia que los enemigos de España han escrito sobre España. Entonces dicen que no hay nada que festejar cuando fue Cortés. Pero hay mucho que festejar, porque no hubo conquista española de América, hubo liberación, porque si hacemos una encuesta en México y parásemos a diez personas, ocho de cada diez descienden de aquello que los aztecas se comían. Porque la verdad oculta es que había un imperialismo antropófago que se comía a los pueblos de la periferia, a los tlaxcaltecas, a los totonacas, es decir, al 80% de los mexicanos. Era un imperialismo antropófago. Lo que pasa es que a los mexicanos les han falsificado la historia como a nosotros.

 

— Hay un diplomático argentino, Sánchís Muñoz se llama, que dice sí hubo un descubrimiento de América. Pero no solo por los españoles; también los indios descubrieron América. Porque cuando llegan los españoles las tribus diseminadas por el continente no tenían conciencia continental, no tenían conciencia de la existencia de otros pueblos, de otras civilizaciones. El absurdo del planteo de López Obrador y Claudia Sheinbaum es que no existía México, que fue fundado por los españoles.

 

— Sin duda alguna. Como en todo razonamiento, la primera premisa es la más importante. Y la primera premisa errónea del razonamiento negro-legendario es que en América estábamos acá todos felices, haciendo el amor libre, desnudos como en el Caribe y comiendo mango. En realidad, nos estábamos comiendo unos a otros porque los guaraníes eran antropófagos al 100%, los incas eran asesinos absolutos y los aztecas habían montado un imperialismo antropófago. ¿Por qué Cortés, con 400 tipos, puede derrotar un imperialismo que tiene 200.000 soldados? Es matemáticamente imposible. Tenían arcabuces, y entre que se carga un arcabuz me dan 40 flechazos. Al caballo lo mataron al cuarto día. No se asustaron más. Cortés reúne a los pueblos de la periferia. Hartos de que se coman a sus hijos, a sus nietos, a sus esposas. Les dice marchemos juntos contra este imperialismo antropófago de Tenochtitlán. Juntó un ejército de 300.000 indios y venció a un ejército de 200.000 aztecas. Entonces, la conquista la hicieron los indios, no los españoles. No hubo conquista de América, conquista de México, hubo liberación de Mesoamérica, del imperialismo azteca. Y a partir de ese momento, Cortés prohibió las matanzas y la antropofagia. Comienza una nueva historia. Una reconciliación entre los pueblos indígenas, y de mestizaje. Cortés cumple el mandato de la reina Isabel la Católica: “Cásense españoles con indias e indios con españoles”. Cortés cumple eso. Y ahí nace México. Antes no existía México, existía Tenochtitlán, el imperialismo antropófago que se comía a los vencidos. No lo dice Marcelo Gullo, lo dicen los norteamericanos pro aztecas, como Prescott. Se comían, según Prescott, 20.000 por año. Y dice una frase terrible: “No me atrevo a decir que la cifra de 150.000 sea falsa”. Pongamos un punto medio, 80.000. ¿Sabes cuánto da por año? Si fuese hoy, matarían 4 millones de personas por año.

 

— ¿En la proporción actual?

 

— En la proporción actual. Fueron el imperialismo más genocida de la historia de la humanidad. Al llegar Cortés a México, elimina el genocidio de los pueblos oprimidos, los libera, libera Mesoamérica.

 

— Decís que la falsificación de la historia trae la mala política. ¿Qué consecuencias ves en el presente, en los países latinoamericanos, del hecho de que casi todos están adhiriendo, su élite, a esta versión de la historia.

 

— A mí no me interesa el pasado por el pasado mismo, porque si no sería como ir a un museo a ver cuadros. Yo soy un cientista político, que toma la historia como material para entender el presente y vislumbrar el futuro. El indigenismo es la etapa superior del imperialismo anglosajón y del imperialismo internacional del dinero. Porque el indigenismo se basa en la leyenda negra, es decir, en desterrar todo lo que trajo España. Entonces tenemos que volver a la pluralidad de lenguas. Había más de 1200 lenguas en Hispanoamérica, es decir, nos fragmentaríamos lingüísticamente. ¿Y qué es lo que pasa? Lo mismo que pasó en España con Cataluña. Cuando vos te fragmentás lingüísticamente, primero empiezan en la escuela primaria, después la secundaria, la universidad, después la la municipalidad. A los 40 años nadie se puede comunicar con nadie y se rompe la unidad política. Y entonces se cumple el sueño del imperialismo anglosajón y hoy el de la oligarquía financiera internacional. Fragmentarnos. Por eso digo que Boric, Petro, Claudia Sheinbaum, son la mano de obra más barata que jamás tuvo el imperialismo anglosajón. ¿Cuál es nuestra tragedia? Que cuando el mundo marcha al continentalismo, a las grandes unidades continentales, los Estados Unidos que ya tienen Canadá y a México, está Rusia y su zona de influencia, China y la India, es decir, el futuro del mundo. Nuestra única forma de estar sentados en esa mesa es siendo también un continente, yendo unidos. Justo cuando el mundo marcha al continentalismo, nosotros nos vamos a fragmentar y a convertir en segmentos anónimos del mercado mundial. Es decir, va a haber varios Perú, uno quechua, uno aymara, etcétera, dos Ecuador, dos Chile -uno mapuche otro quién sabe qué cosa-, y la Argentina también corre ese riesgo porque hay en el sur una operatoria para crear una nación mapuche artificial. Vamos a llegar justo en el momento de los estados, continente más fragmentados que nunca. Somos unos estúpidos bárbaros. Tenemos que suicidarnos por idiotas. ¿Pero por culpa de quién? Por culpa de progresistas, como Sheinbaum, Boric, Evo Morales...

 

— Hay una idea progresista de que queda bien criticar al país, a la propia historia, a sus fundamentos. Hay libros que hablan de “la invención” de la Argentina. Argentina sería un invento, algo artificial, a la vez que se reivindica una nación mapuche que no existió. O una nación wichi. Que no está solo en Argentina, sino que abarca parte de Bolivia. Podrían un día decir “vamos a proteger a la nación wichi de la invasión argentina”, por ejemplo. ¿Es delirante?

 

— No, no, porque estos señores no son ingenuos. Dicen los franceses: “Cherchez l’argent”. Busquen el dinero. Todas las ONG argentinas progresistas están financiadas desde Amsterdam, desde Nueva York, desde Londres. Y el que pone el dinero, pone la línea política.

 

— Recuerdo que hace unos 20 años, a unas ONGs vinculadas a iglesias norteamericanas les dijeron “desde ahora, la prioridad son los indígenas, todos los proyectos que vamos a financiar son para aborígenes”. Y acá les dijeron: “Pero hay pobres criollos también, los pobres no son solo aborígenes, ¿por qué tenemos que dividir entre wichis, qom o tobas, criollos, etcétera. Es un antirracismo racista porque crea identidades fragmentadas por supuestos orígenes étnicos cuando la Argentina es una sociedad mestiza.

 

— Es un racismo fragmentador. Están preparando la fragmentación territorial. Y puede ser que algún evangélico no sea consciente de esto, recibe el dinero y hace lo que puede, trata de ayudar al prójimo. No lo estoy acusando de nada. Está haciendo un acto de caridad, pero sin él saberlo, se está preparando la creación de un Estado indígena wichi, mapuche, toba. Se está preparando la fragmentación territorial de la Argentina, como se prepara la fragmentación territorial de Bolivia. ¿Sabías que en 1930 el Partido Comunista decide que Bolivia debía ser partida en 18 repúblicas indígenas? Casualmente, las mismas 18 repúblicas que planteó Evo Morales.

 

— Estuviste hace poco en España presentando tus libros donde son muy leídos y sin embargo, en las librerías de Buenos Aires no se consigue la trilogía.

 

— Ni en Buenos Aires, ni en Rosario, ni en Tucumán, ni en Salta. En Argentina nadie puede comprar mis libros en ninguna librería. Los tres han sido bestsellers en España. Sin embargo, la editorial, cada vez que yo le digo de publicar el libro en Argentina, me dicen que en Buenos Aires no quieren. Vendí 50.000 libros y les hice ganar dinero. ¿Acá no voy a vender ni mil para cubrir el costo de la edición? Pero la respuesta siempre es la misma. Buenos Aires no quiere.


SAN MARTÍN

 

 sí que sufrió canallescas campañas mediáticas

 

Por Carlos  Bukovac *

 

La Prensa, 01.03.2021

 

Los actos en recuerdo de fechas patrias suelen traer algunas perlitas. Entre ellas, las traspolaciones que hacen los dirigentes políticos en sus palabras alusivas, trayendo hechos pasados al presente y llevando agua para su molino, con riesgo de cometer errores. Pues bien, eso fue lo que ocurrió el pasado jueves cuando se conmemoró en Yapeyú un nuevo aniversario del natalicio del Libertador José de San Martín, ocasión en que el Presidente Alberto Fernández pronunció estas palabras: ``Cuando siento que los diarios, la televisión y en las redes generan debates que por momentos nos obligan a desatender lo importante, pienso que aquellos enormes hombres de 1800 no tenían que enfrentar esa adversidad que es luchar contra la prédica malintencionada.''

 

La pregunta cae de madura. ¿Fue realmente así? ¿No sufrió San Martín ataques de la prensa? Varios autores se ocuparon del tema: desde un historiador de fuste como Armando Alonso Piñeiro hasta el mediático Felipe Pigna.

 

Lo concreto es que lamentamos informarle al Sr. Presidente que sí sufrió a la prensa y bastante. Solía recibir un trato desconfiado y sospechoso hacia su persona, de lo cual se lamentaba en la correspondencia con su amigo Tomás Guido. Y, en ocasiones, el trato era directamente injuriante. Para demostrarlo, nos limitaremos a dos episodios bien concretos.

 

HOSTIGAMIENTO

 

El primero de ellos se produjo hacia 1818 y podríamos compararlo con las campañas actuales de hostigamiento en las redes sociales. Ocurría que su antiguo amigo, Carlos María de Alvear, se encontraba despechado por haber tenido que renunciar al Directorio, luego del escándalo de ofrecerle estas provincias a S.M.B. A partir de allí, se había confabulado con otro despechado, el chileno José Miguel Carrera. Ambos, según palabras de Pueyrredón a San Martín, habían "desplegado su furor, inundando la Capital con libelos de varias calidades, llenos de suciedades asquerosas contra usted y contra mí''. Años más tarde, Alvear escribiría una biografía de San Martín llena de injurias y falsedades y adornada con láminas en las que se lo representaba con rostro humano ciñendo una corona y el resto del cuerpo de tigre.

 

No obstante, considerando lo hasta aquí descripto Fernández podría afirmar que solamente recibió maltrato personal y no de la prensa, o, en palabras actuales, de la corporación. Nada más errado. El grupo de poder económico que representaba a la clase oligárquica de Buenos Aires jamás le perdonó a San Martín su desobediencia en 1820 a enfrentar a los caudillos provinciales.

 

Este grupo de poder, comandado políticamente por Bernardino Rivadavia -su histórico enemigo- encontraría la oportunidad para cobrarse revancha. En efecto, durante la Guerra con el Brasil de 1827, San Martín había decidido no ofrecer sus servicios debido a la presencia de Rivadavia, quien en 1823 había pretendido "prenderlo como a un facineroso'' y juzgarlo por un consejo de guerra. Ahora bien, ante la escandalosa caída de Rivadavia, decide emprender el regreso. No obstante, al llegar a estas tierras, se enteró de una triste noticia: su antiguo granadero, el Gral. Juan Galo Lavalle, había derrocado a Manuel Dorrego y lo había hecho fusilar.

 

La decisión estaba tomada: no desembarcaría en Buenos Aires, sino que permanecería en Montevideo a la espera de su regreso definitivo a Europa y, de ese modo, cumplir su promesa: ``El General San Martín jamás desenvainará su sable en guerras civiles''.

 

No obstante, tendría tiempo para recibir el caluroso saludo de la prensa porteña. En primer lugar, el diario El Tiempo comenzaría una desagradable campaña el 9 de Febrero de 1829: "Llegar a Montevideo, no desembarcar, fondear en nuestros puertos y en el acto, sin saltar a tierra, pedir su pasaporte para regresar, es una comportación que parecería inexplicable. Es imposible que el Gral. San Martín llegara sin estar perfectamente impuesto de lo ocurrido desde el día 1° de diciembre. Él ha recibido a bordo muchas visitas de sus amigos; se habrá impuesto por consiguiente de que en el día de hoy no se sostiene otra lucha que la del orden contra la anarquía y tampoco ignorará que en este país no hay hombres precisos. De lo que acaso en su larga ausencia no haya tenido proporción de juzgar con exactitud. Deseamos que tenga un buen viaje y que se desvanezcan cuanto antes todos sus escrúpulos''.

 

Posteriormente, Florencio Varela publicaba una nota llamativamente titulada Ambigüedades en El Pampero del 12 de febrero de 1829: ``En esta clase reputamos el arribo inesperado a estas playas del general San Martín, sobre lo que diremos, a más de lo expuesto por nuestro coescritor El Tiempo, que este general ha venido a su país a los cinco años, pero después que ha sabido que se han hecho las paces con el emperador del Brasil''.

Finalmente, el mismo día, aniversario de la Batalla de Chacabuco, nuevamente El Tiempo le ponía el broche a la sucia campaña. Ubicada tramposamente en la sección correspondencia, aparecía una nota firmada por "unos argentinos''.

 

Por cuestiones de espacio solamente citamos fragmentos de la misma pero que bastan para describir la bajeza moral de estos escribas al servicio del poder portuario: "Sabéis, General, que nuestra patria triunfante, mientras ha durado vuestra larga ausencia en la gloriosa lucha contra el Brasil, celebró una paz honrosa y que por consecuencia de aquel memorable acontecimiento pocos meses ha, las bocas del Río de la Plata quedaron abiertas a la comunicación del mundo. Ahora queremos hacer notar que es un capricho singular de nuestra fortuna, el que después de aquel período histórico seáis, vos, tal vez el guerrero más ilustre de la Argentina, uno de los primeros que hayan visitado las aguas de nuestro río. También es raro que cuando estábamos para alcanzar la dicha, de que permanecieseis entre nosotros hayáis encontrado el país indigno de habitarlo, y regreséis sin verlo. ¿Cómo podremos haceros arrepentir, General, de la idea de burlar nuestra esperanza? Viviendo con nosotros mil veces habréis podido tener ocasión de darnos ejemplos útiles; habríais intervenido alguna vez como árbitro o consejero fiel en las contiendas. Nos abandonáis, sin embargo; pero podemos manifestaros que la gratitud nos obliga a dejaros dueño de vuestro destino y que el cuidado de nuestra propia suerte nos impone la necesidad de armarnos del coraje sublime de habitar la patria a la que pertenecemos ¿Adónde iríamos huyendo de nuestra patria? ¿Cómo partir de las riberas del Río de la Plata gritando a todo el mundo que no hay en sus márgenes un solo punto habitable? Confesamos que esta resolución es imposible para nosotros. Los que dejáis en el país, de cuyo estado parecéis asustado y temeroso, creed, que antes de imitar vuestro ejemplo, preferirán con orgullo perecer en la tormenta por no defraudarla voluntariamente en uno solo de sus hijos de cualquiera capacidad. No olvidéis, cuando merezcamos el favor de un recuerdo, que a ningún hombre por grande que sea su mérito, le es permitido divorciarse con la patria''.

 

Sepa disculparse la longitud de la cita; la gravedad lo imponía. En pocas palabras, lo trataban de cobarde y de renegar de su Patria.

Por aquellos días, también lo visitarían delegados de Lavalle para ofrecerle el mando. Pero San Martín rechazó el ofrecimiento respetando su promesa.

En síntesis, a pesar de la errónea frase del Presidente, vaya si tuvo que soportar el Libertador los ataques de la malintencionada prensa. Por ello, es importantísimo ser prudente a la hora de hacer comparaciones históricas. Sólo una humilde sugerencia: volviendo siempre al ilustre Arquetipo y a su intachable moral, nunca fallaremos. Como muestra, recordamos la célebre frase que nos dejó al rechazar aquél ofrecimiento: "Si mi alma fuese tan despreciable como las suyas, yo aprovecharía esta ocasión para vengarme de las persecuciones que mi honor ha sufrido de estos hombres; pero es necesario enseñarles la diferencia que hay de un hombre de bien a un malvado''.

 

* Docente UNR - Miembro Asociación Sanmartiniana `Cuna de la Bandera'.

CONFERENCIA

El Centro de Arquitectos e Ingenieros jubilados de Córdoba ha organizado una conferencia sobre "Dudas y falsedades sobre San Martín", que estará a cargo del Dr. Mario Meneghini. Se realizará el miércoles 18 de setiembre, a las 17,30 horas, siendo la entrada libre. Se solicita colaborar con un alimento no perecedero para entregar a la Fundación Manos Abiertas.

EL VERDADERO ROSTRO

 

DE SAN MARTÍN

 

Por Pablo S. Otero

La Prensa. 03.09.2024

 

El paso por este mundo del general José de San Martín fue de tal magnitud que se convirtió en leyenda en vida, en un mito viviente, y pocos resistieron a la tentación de conocerlo personalmente y dejar para la posteridad su relato de cómo era realmente el Padre. de la Patria.

El general británico William Miller (1795-1861) dejó escrito sobre San Martín: “Su rostro era de color moreno, sus ojos eran negros, rasgados y penetrantes”. Según el viajero, también inglés, Samuel Haigh (1795-1860) su semblante era “muy expresivo y se caracteriza por su color aceitunado oscuro. Sus ojos grandes y negros eran como llenos de una animación que los harían notables en cualquier circunstancia”.

Otro oficial británico de la marina, Basil Hall, luego de entrevistarse con San Martín a bordo de la goleta Motezuma, cerca de Lima, expresó: “Era un hombre alto, erguido, bien proporcionado en estructura anatómica, con gran nariz anatómica y cubierta su cabeza con abundante cabello negro”. También habla del “color cetrino de su rostro y ojos grandes prominentes y penetrantes”.

También hubo muchos compatriotas que lo conocieron en persona y dejaron su testimonio. El general mendocino Gerónimo Espejo (1801-1889) destacó que “su boca era pequeña y sus labios de un horrible regular y un tanto acarminados. Una dentadura blanca y pareja. Nariz aguileña, grande y curva. Y ojos grandes de mirada cautivante y pestañas largas, arqueadas y renegadas”.

Ya en el exilio europeo, San Martín recibió, entre otros, a Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento. Al primero le llamó la atención “sus grandes cejas negras que suben hasta el medio de su frente cada vez que se abren sus ojos. Y una boca pequeña y ricamente dentada”. Mientras que el segundo quedó cautivado por la mirada fulminante del general: “Ningún retrato ha podido reproducir aquella mirada que desconcertaba a los enemigos, y cuantos han emprendido la obra han fracasado”.

 

SIETE VECES POSO

La imagen de los héroes tiene que ver no solamente con el imaginario colectivo que se quiere instalar dentro del hito fundacional de una Nación, sino también como cada héroe -persona de carne y hueso- se percibe a sí mismo para la posteridad. Sin bien San Martín “no claudicaba ante la extravagancia teatral de su época”, al decir de su biógrafo José Pacífico Otero (1874-1937), más allá de las numerosas pinturas que existen sobre él o sobre momentos históricos que lo tuvieron como protagonista, solamente en siete oportunidades habría posado especialmente ante un pintor para que lo retratara.

La primera vez fue en 1818, a sus 40 años, en Chile y frente al pintor peruano José Gil de Castro (1785-1841). La segunda oportunidad se originó en Bélgica en 1825, ya durante su exilio europeo, y fue ante el pintor belga Francois-Joseph Navez (1787-1869). El general tenía 47 años.

También en Bruselas, a pedido del Rey de Bélgica Leopoldo I, posó para el grabador Jean Henri Simon (1752-1834). El artista belga lo acuñó de perfil en una medalla.

En 1828 posó por cuarta vez en su vida para el pintor francés Francois Bouchot (1800-1842). San Martín tenía 50 años y curiosamente esta pintura se encuentra en la Academia Militar de West Point, Estados Unidos.

En dos oportunidades más el Padre de la Patria se dejó retratar. Una de ella originó el cuadro más famoso -casi canónico- en el cual se lo ve con una bandera argentina. Según los investigadores su autor está en discusión. Para unos es el pintor belga Jean-Baptiste Madou (1796-1877). Y para otros, su hija Mercedes junto a su profesora de pintura.

La autoría que no está en duda es la litografía de 1828 que pertenece a Madou. Ese año, el ya nombrado general Miller -que había estado al servicio de las armas del Perú, durante la Guerra de la Independencia- le pidió a San Martín un retrato para incluirlo en sus memorias. El Libertador le envió la litografía de Madou y le escribió lo siguiente: “Los que lo han visto dicen que, aunque se parece bastante, me ha hecho más viejo y los ojos se encuentran defectuosos. Ello es lo mejor que se ha podido encontrar para su ejecución".

 

DAGUERROTIPO

Y la séptima y última vez que posó fue para un daguerrotipo, el sistema que estaba siendo furor en París, y que es considerado el antecesor de la fotografía.

El pintor francés Louis Jacques Mandé Daguerre (1787-1851) fue el creador del daguerrotipo, el primer proceso fotográfico comercial de la historia. En 1839, la Academia de Ciencias de Francia -luego de más de una década de experimentos realizados por Daguerre y su socio, Joseph N. Niepce- anunció públicamente la invención del daguerrotipo.

El nuevo sistema se expandió rápidamente por todo el mundo y se originó un antes y un después en las memorias colectivas de las sociedades. El reflejo o el recuerdo de un rostro o un acontecimiento ya no dependería más de la mano -prodigiosa o defectuosa- de un pintor, ahora la nueva tecnología ofrecía una fidelidad indiscutida y un acceso sin clases sociales.

Gran parte de su exilio, San Martín lo pasó en la casa de la ciudad francesa de Grand-Bourg a 25 kilómetros de París, exactamente en el Nº 35 de la calle Sg. Jorge. Allí vivió entre 1834 a 1848. Los primeros meses de este último año San Martín, ya de 70, tenía en su mente dos preocupaciones. Uns era las cataratas en sus ojos que arrastraba del año anterior. Y la segunda, la crítica situación política que enfrentaba Francia a principios de ese año. A fines de febrero de 1848 una violenta revolución puso fin a la monarquía de Luis Felipe, sembrando el caos en las calles parisinas y cientos de muertos.

Vislumbrando la posibilidad de una guerra civil, vende esa casa y el 16 de marzo se traslada a Boulogne-Sur-Mer “para evitar el que mi familia vuelva a presenciar las trágicas escenas que desde la revolución de febrero se han sucedido en París”, según le cuenta a Rosas en una carta fechada en noviembre.

 

LAS DOS ÚNICAS FOTOGRAFÍAS

Pero antes de partir, su hija Mercedes -que ya contaba con 32 años- lo convenció de sacarse un daguerrotipo. En las calles de París existían por aquella época más de treinta estudios, entre aficionados y profesionales, que se dedicaban a comercializar esa técnica. A un costo de cinco francos se vendían en promedio 100 millones por año.

Durante una mañana primaveral de alguna de aquellas primeras semanas de marzo, entonces, antes de partir hacia Boulogne-Sur-Mer, San Martín y Mercedes se dirigieron a un estudio -que algunos aseguran que fue el de Robert Bingham en el N° 58 de la rue de Larochefoucauld y otros el de los hijos del marqués Alejandro Aguado, amigo y vecino de San Marín- para realizar un daguerrotipo.

La sesión, en la galería, dura una hora. San Martín se sacó dos tomas. El tiempo que tuvo que mantenerse inmóvil fue de aproximadamente entre 40 y 60 segundos. Como se ve puede observar, vestía un levitón negro de amplia solapa y cuello, con doble fila de botones, camisa blanca de cuello alto y un gran corbatón de seda negro. En la primera toma aparece con una mano sobre el brazo del sillón y la otra dentro de la abotonadura del levitón. En la segunda fotografía, está con las dos manos apoyadas sobre el sillón.

Hay que tener en cuenta que los daguerrotipos salían en sentido invertido. Por lo tanto, para ver el perfil verdadero y la fisonomía auténtica del Libertador hay que verlo como a través de un espejo, como se ilustra en esta nota.

El original del primer daguerrotipo se conserva en el Museo Histórico Nacional y fue donado por José P. de Guerrico (hijo de Manuel, amigo y vecino de San Martín en Francia) el 29 de abril de 1900, a pedido del entonces director del museo, Adolfo Pedro Carranza. Es el mismo que se exhibió la semana pasada en el Museo Histórico Nacional, después de un lustro, y tan solo por cinco días por cuestiones de conservación y para evitar que la luz y el ambiente lo dañen. Conserva su tamaño original de 12 centímetros por 10 dentro de un marco ovalado de madera oscura con virola metálica y dorada.

El segundo daguerrotipo se perdió, sólo se conserva una fotografía del mismo que había mandado a sacar Mercedes, en 1868, al estudio de Bingham con el objetivo de repartirlas entre familiares, amigos y personalidades públicas.

En la primera San Martín aparece con un rostro más enérgico, aunque con la mirada perdida por el avanzado estado de las cataratas en sus ojos. Y en la segunda como más fatigado. Estas dos imágenes comenzaron a conocerse en la Argentina a partir de 1870 cuando el Correo imprimió un sello postal con una reproducción, no muy nítida, que circuló hasta 1873. Fue reimpresa en 1978.

 

IMPORTANCIA DE SU IMAGEN

A principios de 1933 el Instituto Nacional Sanmartiniano, en ocasión de su fundación, realizó la primera exposición iconográfica del Libertador. En aquella oportunidad, su creador y primer presidente, José Pacífico Otero al inaugurar dicha muestra logró expresar en pocas palabras la importancia de poder contar con la imagen del Padre de la Patria: “San Martín no debe ser una figura puramente decorativa en nuestra historia. Su nombre no debe ser explotado por actitudes políticas ni invocado tampoco por ventaja de esta o aquella situación personal o de círculo. Su nombre es un símbolo a la par que una doctrina, y es por esto que creemos que su imagen de vivir en la masa del pueblo porque se trata de un héroe en el cual todos los atributos de la bondad edificante y del bien se aúnan. Su imagen moral -el físico la trasunta en su energía y despejo- debe ser el arquetipo del niño y del anciano, del ciudadano armado para defender la patria como del ciudadano que debe gobernar a ésta desde la banca legislativa o del comicio. Es una imagen que con solo ser evocada debe servir para definir órbitas a todas las jerarquías, aplicación a todos los valores, estímulo a todas las nobles iniciativas y odio a todos los principios y factores anárquicos y disolventes”.

PEREIRA LAHITE

 

Precoz historiador sanmartiniano


Por Carlos María Romero Sosa

La Prensa, 01.09.2024

 

No resulta fácil rastrear en bibliotecas públicas y repositorios los trabajos de este estudioso cultor de la genealogía, la historia constitucional argentina, la de las ciencias del hombre y la medicina, la eclesiástica así como la de los barrios porteños. Ello se debe a que con el paso de las décadas fue modificando los nombres y apellidos con que los firmaba. Así empezó rubricándolos, y eso ya en la niñez, como Carlos Tomás de Pereira Rego y Lahitte. Después Carlos T. de Pereira Rego y Lahitte y finalmente Carlos T. de Pereira Lahitte o Carlos Tomás de Pereira Lahitte.

 

Sin petulancia pero sin disimular un legítimo orgullo, reverenciaba a sus antepasados y una forma de homenajear a los abuelos era incorporar sus apellidos completos al suyo. Tanto el del abuelo paterno: José de Pereira Rego, un destacado médico brasileño vinculado con la nobleza del vecino Imperio de los Braganza, de gran actuación en este país y miembro del Círculo Médico Argentino y del Instituto Geográfico Argentino, fallecido en Río de Janeiro en 1929. Y el del materno: Vizconde Carlos de Lahitte, un jurisconsulto y hombre de ciencia, antropólogo, lingüista y naturalista originario de Francia. El doctor Lahitte dirigió la biblioteca de La Prensa y fue colaborador del diario fundado por José C. Paz. Por Ordenanza Municipal Nro. 37.764 de 1982, una calle de la ciudad de Buenos Aires, emplazada en el Parque Centenario, lo recuerda.

 

Al primero de ambos antecesores le dedicó su ensayo histórico: “El doctor José de Pereira Rego (1845-1929). Ilustre médico brasileño con actuación en la Argentina”, trabajo publicado en el número 5 de Archivos de Historia de la Medicina Argentina, en 1972. En tanto que sobre Lahitte escribió: “Los ascendientes del doctor Carlos de Lahitte”, una reconstrucción genealógica publicada en 1957, en el número 12 del Boletín del Instituto Argentino de Ciencias Genealógica -institución que posteriormente él presidiera- y más tarde: “Notas sobre la correspondencia de un pionero Contribución a la historia del aporte francés a la República Argentina”, trabajo aparecido en el Boletín del Instituto de Historia Argentina “Emilio Ravignani” (Tomo IV, Buenos Aires, 1961).

 

Aunque en estos tiempos líquidos aumenta el nivel del olvido sobre importantes figuras de la cultura nacional, es de esperar que no le falte un lector inquieto y atento. Entonces sí que Pereira Lahitte, nacido porteño el 18 de mayo de 1932 y fallecido el 6 de agosto de 1990 mientras ocupaba, con el rango diplomático de Consejero de Embajada, el cargo de Director de la Biblioteca del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, bien podrá desde la eternidad hacer suya la auto profecía del Conde Alfredo de Vigny presente en su poema “El espíritu puro” que magistralmente tradujo al castellano Carlos Obligado: “Conté yo mis abuelos y recorrí sus urnas/ Selladas en los flancos por las armas del Rey (…) Mas vi una chispa alzarse de su ceniza, apenas./ En vano de su estirpe longeva descendí./ En vano es sangre suya la sangre de mis venas,/ Si escribo yo su historia, descenderán de mí.”

 

BIOGRAFO DE SAN MARTÍN

 

Precedentemente hicimos referencia a cómo firmó en la niñez y denominarlo publicista en esa etapa de su vida, no es ninguna exageración. En 1943, cuando contaba con once años de edad, dio a conocer un libro de 38 capítulos en más de 160 páginas, seguidas de varios anexos documentales: Vida y obra del General San Martín. Lo dedicó a la memoria de su padre, Carlos de Lahitte Rave Ocantos. El colofón de la obra de Editorial Olivé, da cuenta que se terminó de imprimir el 22 de octubre de aquel año en los talleres gráficos de Macagno Landa, Aráoz 162, Buenos Aires.

 

El autor del extenso y auspicioso prólogo, nada menos que Enrique de Gandía, consideró allí que “Carlos T. de Pereira Rego y Lahitte no es un niño prodigio; es un niño estudioso, normal, sano y constante, que siente por la historia una fuerte vocación. Una propaganda periodística y radial lo ha hecho a aparecer como un niño extraordinario. Ha sido, tal vez, un error que, con el tiempo, el niño hecho hombre recordará con una sonrisa. Su mejor elogio es decir que su libro puede, muy bien, firmarlo cualquier escritor mayor de edad.” Y continuó el historiador y académico, de Gandía, precoz él mismo en sus iniciales libros que a lo largo de una extensa vida fueron surgiendo de su pluma por decenas: “Su vida de San Martín nació de su patriotismo y de sus lecturas. En ella no hay descubrimientos; pero en cambio hay un afán que los otros niños de nuestra Patria deben compartir. Este niño enseña a leer y a aprender a los otros niños de América. No tiene grandes facultades literarias, que permitan compararlo a un nuevo Osián, ni es un memorista que recuerda a Inaudi. Ha leído las principales historias de San Martín y ha extraído de ellas, con orden y método, todo cuanto debe saber, sobre el Padre de la Patria, un niño argentino.”

 

 

CRITICO DE ALVEAR

 

Para los programas y textos de enseñanza de las escuelas primarias en que abrevó la generación de Pereira Lahitte y también algunas siguientes, nuestros próceres no se discutían y eran unánimemente tenidos por patriotas, virtuosos y sin mácula en lo público y privado. Sin embargo en su libro hay algún signo de desandar ese rígido esquema y, aunque con timidez, criticó por ejemplo a Carlos María de Alvear; aunque contraponiendo solo aspectos de su carácter con el del biografiado: “Carlos María, había nacido como él, en 1778 según la fecha más aceptada en las Misiones Orientales, hoy Corrientes, y también se había educado en España y tomado parte en los combates contra Napoleón. Más tarde las pasiones lo separaron de San Martín; éste permaneció siempre fiel a su norma de modestia y sobriedad, desechando laureles y glorias rumbosas. Alvear, en cambio, más amigo del fausto, era por su mismo temperamento, ambicioso, y esto le llevó a olvidar aquella sincera y fuerte amistad.”

 

No fue más allá en la crítica ni sumó juicio negativo alguno, por ejemplo, sobre el probritanismo del personaje. Pero eso en 1943 era imposible teniendo los estudiantes por libro de cabecera las Lecciones de historia argentina de don Alfredo B. Grosso, un maestro de indudables conocimientos y buena fe que rescataba el pasado algo ingenuamente con la complacencia de investigadores académicos sin duda menos sinceros y con más intereses y ubicaciones privilegiadas que defender.

 

Sobre las entrevistas de Guayaquil, Pereira Lahitte mantuvo la tesis de la época, es decir exaltó la modestia sanmartiniana y la opuso a las exigencias vanidosas del Libertador venezolano, sin abundar en la actitud hostil hacia el Padre de la Patria de Bernardino Rivadavia, otro intocable de entonces. Así al Rivadavia a un mismo tiempo progresista y reaccionario apenas lo nombró una vez en todo su texto y para referirse a la misión que cumplió en 1814 ante las cortes europeas junto a Manuel Belgrano, a fin de obtener el reconocimiento de la independencia todavía no declarada formalmente y conseguir en forma infructuosa algún interesado en ser monarca de estas tierras.

 

Sin duda la influencia familiar francesa debe haber sido determinante en su formación. De allí que no se advierta la adscripción plena al hispanismo recalcitrante de ciertas derechas nacionalistas a lo Juan Carlos Goyeneche y hasta cometió el error de hablar de colonias españolas en Sudamérica, cuando en rigor de verdad no eran tales sino reinos allende la mar. Al referirse a las primeras etapas sanmartinianas omitió la discusión sobre si la Logia Lautaro y antes la de los Caballeros Racionales fueron o no masónicas. Una polémica muy común cuando tironeaban de San Martín historiadores católicos y liberales, entre los primeros y con más fundamentos el padre Guillermo Furlong, José Pacífico Otero, Armando Tonelli o Cayetano Bruno y entre los segundos Emilio Corbiére, Alcibíades Lappas y sobre todo Juan Canter en Las sociedades políticas y literarias y más todavía el político español exiliado en la Argentina Augusto Barcia Trelles.

 

LOS INDIGENAS

 

En otro orden son de valorar, aproximando su posición más a la corriente promovida por Ricardo Rojas y el arquitecto Ángel Guido al acuñar el término Eurindia en 1930 el creador el Monumento a la Bandera en el libro: Eurindia en la arquitectura americana y destacar la fusión de lo hispano con el indigenismo, los elogios del novel historiógrafo a la figura del rebelde cacique araucano Lautaro: “asaeteado por sus enemigos, pero vencedor sin embargo (…) Esta figura gloriosa al par que humilde y sacrificada, cantada por Ercilla en su famoso poema ‘La Araucana’, era el ideal que encarnaba la emancipación americana.” No obstante en cuanto a la relación del Libertador con los caciques araucanos en su famosa reunión en el fortín de San Carlos, no se apartó del despectivo relato oficial mitrista hacia los pueblos originarios: “conocía a los indios y los sabía incapaces de guardar un secreto”.

 

Al final de la obra, Pereira Lahitte trascribió en extenso el testamento sanmartiniano sin comentar aunque sin omitir el legado del sable corvo a Juan Manuel de Rosas.

 

A más de ochenta años de su edición, se puede suscribir lo anotado en el prólogo por Enrique de Gandía en tanto que bien podría haber firmado un grande este libro surgido de la inquietud investigativa de un niño.

 

Debe haber sido algo corta la tirada que se hizo de Vida y obra del General San Martín. Hemos hallado un ejemplar bastante deteriorado en la Biblioteca Nacional. Algún otro se ofrece por Internet a través de Mercado Libre y tuvimos acceso al que atesora el doctor Roberto Antonio Fusero en su biblioteca particular de la bonaerense localidad de Chivilcoy de su residencia y ejercicio profesional como odontólogo. Quede el testimonio de gratitud por la gentileza de ponerlo en nuestras manos para confeccionar el presente trabajo.

 

Pereira Lahitte continuó estudiando la figura del Libertador. En la década del sesenta del pasado siglo participó del programa televisivo “Odol Pregunta” por un Millón de Pesos. Respondió sin titubear sobre el tema y resultó ganador de 500.000 pesos del momento retirándose con esa suma del concurso. Su jurado en la ocasión fue el arquitecto Carlos A. Courtaux Pellegrini, autor que nutrió la bibliografía sanmartiniana con trabajos en los que no eludió la polémica, así el titulado: Cómo se difama en Chile al General José de San Martín. Publicaciones de dudosa finalidad, del año 1947.

 

Empero Pereira Lahitte no era un especialista encasillado en un único aspecto de nuestro pasado. Enriqueció la bibliografía en materia de Historia de la Medicina con ponencias firmadas para congresos de la materia, a veces en colaboración con su madre: la escritora y reconocida proteccionista de especies en extinción, María Josefa Rufina de Lahitte Rave.

 

Cuando en su juventud, Carlos Tomás fue funcionario de la Administración Nacional de Parques Nacionales, dio a conocer el opúsculo El descubrimiento de las Cataratas del Iguazú (1954) en edición oficial de ese organismo. Escribió la historia del Club Francés en su centenario y en el antes citado Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana “Doctor Emilio Ravignani” aparece también en el mismo volumen IV de 1961: “Dos resoluciones correntinas ante la Revolución de Mayo”. Prolífico publicista, en la revista Todo es Historia, en su número 140 de enero de 1979, puso su firma en el artículo “Borges, antepasados” y para entonces dictó varias conferencias sobre el Brigadier Cornelio Saavedra e integró como miembro numerario su Comisión de Homenaje desde 1959.

 

CRÓNICAS DE BALVANERA

 

Vecino del barrio de Balvanera y católico practicante, era habitual verlo ayudar durante la misa en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Balvanera que oficiaba su amigo, Monseñor Osvaldo Musto. Una de sus devociones religiosas era su parienta por rama paterna, la Madre Camila Rolón (1842-1913), fundadora de las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José. De esta Sierva de Dios, en dato aportado por el Padre Contardo Miglioranza en su libro Santos Argentinos, San Juan Pablo II, el 2 de abril de 1993, proclamó la heroicidad de sus virtudes.

 

Su condición de habitante de Balvanera, lo debe haber instado a dirigir también sus inquietudes históricas sobre esa barriada dando a conocer artículos como: “Balvanera, 125 años de la erección canónica” (1958), “La vivienda en el barrio de Balvanera de acuerdo con el censo municipal de 1887” (1965) y sin descuidar el pasado de los límites sureños de su distrito: “El perito Moreno y el barrio”, un trabajo publicado por el Ateneo de Estudios Históricos “Parque de los Patricios” en 1972.

 

Sin duda alguna los desvelos del investigador dado a fatigar archivos y bibliotecas, coincidían con sus afectos y viceversa. Así, de sus entronques familiares con la provincia de Corrientes, da cuenta la mirada a la vez erudita y admirativa verificada en ensayos como el dedicado a exaltar la memoria del ex gobernador y hombre público de aquella provincia Juan Vicente Pampín, a cuya trayectoria dedicó en 1976 un opúsculo.

 

UN CONSERVADOR

 

En el plano político Carlos Tomás era un conservador que en especial valoraba la trayectoria y la honestidad del doctor Emilio J. Hardoy. Amable y cortés hombre de diálogo me solía reconvenir paternal: “Déjate de nacionalismo de izquierda y peronismo”. No buscó jamás cargos políticos sino que ocupó funciones técnicas afines con sus muchos conocimientos. No disimuló sus simpatías por las Fuerzas Armadas sanmartinianas –no las procesistas, nos lo manifestó en voz baja en esos tiempos oscuros- y en especial por la Marina de nuestros gloriosos próceres del mar. Escribió para el boletín de la Academia Nacional de la Historia en 1973: “Felipe Rodríguez. El apresamiento de naves corsarias en 1814 y su reclamación en 1818” y debido a sus méritos indiscutidos desempeñó la presidencia del Instituto “Bouchard” de Estudios Históricos Navales.

 

Ejerció con verdadera vocación de maestro desde su época de aventajado estudiante de abogacía, la docencia en la asignatura Historia de las Instituciones Políticas en la Escuela Argentina de Periodismo, creada en 1953 a iniciativa del Sindicato Argentino de Prensa y con sede en los años cincuenta y sesenta en Avenida Rivadavia 2434, a pasos del viejo teatro Marconi y en la cuadra anterior al departamento que ocupó con su madre hasta el final de los días de ésta en febrero de 1990, en Rivadavia 1530.

 

La porteña Escuela Argentina de Periodismo fue uno de los primeros establecimientos en el país dirigido a formar profesionales de la actividad. La antecedieron el Instituto Grafotécnico y la Escuela de Periodismo de La Plata fundada por don Manuel Eliçabe. Pereira Lahitte trabó amistad con varios de sus colegas profesores allí, entre ellos con el filósofo Tomás de Lara, diferencias ideológicas aparte con Juan José Hernández Arregui, con el General de División Oscar A. Uriondo o con Néstor Carlos Nogués, titular de Ética Profesional. El profesor de Historia Universal Carlos Gregorio Romero Sosa, algo más de tres lustros mayor en edad que él, fue quien lo presentó en el verano de 1961 al rector de la Escuela, el periodista, escritor, etnógrafo y hombre público santiagueño Carlos Abregú Virreira.

 

Más tarde, al crear el iusfilósofo y magistrado salteño, doctor Miguel Herrera Figueroa, la Universidad Argentina John F. Kennedy, se incorporó al cuerpo docente de la casa dictando allí Historia Argentina y reencontrándose en los claustros con su siempre frecuentado y antiguo prologuista, el doctor Enrique de Gandía.

 

Numerosos avisos fúnebres de familiares e instituciones culturales aparecidos el 7 de agosto de 1990 en La Nación y un obituario en La Prensa, éste del Consejo Directivo de la Asociación de Caballeros Argentinos de la Soberana Orden Militar de Malta, invitaron a acompañar sus restos al Cementerio de la Chacarita esa tarde, cuando entre otros oradores fue despedido por el embajador Jorge Gastón Blanco Villalta en representación de la Academia Nacional de Ceremonial y por el doctor Norberto Padilla por el Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas.

 

Sin duda que Pereira Lahitte, condecorado oficial de la Orden Nacional de las Palmas Académicas de Francia mereció esos y otros homenajes póstumos y “last but not least”, las oraciones que sus amigos le seguimos ofreciendo a la fecha.