Debemos, con profundo dolor,
anunciar el fallecimiento de este entrañable amigo, miembro honorario del blog,
de quien recibimos tantos buenos consejos y ejemplos de vida.
José Luis Picciuolo fue militar,
oficial de Estado Mayor; paralelamente, completó su formación intelectual,
graduándose como Licenciado en Relaciones Internacionales y Doctor en Ciencia
Política. Fue autor de varios libros, trabajos de investigación y numerosas
publicaciones vinculadas a la Historia Militar y del Ejército.
Por su obra fue designado
Miembro de Número de la Academia Sanmartiniana, de la Academia Argentina de la
Historia, del Instituto Nacional Browniano y de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina. Fue distinguido con la
Orden del Libertador Simón Bolívar, por Venezuela, con el Collar y Gran Cruz
del Instituto de Geografía e Historia Militar de Brasil, recibiendo también las
Palmas Sanmartinianas, máxima distinción que otorga el Instituto Nacional
Sanmartiniano.
El reconocimiento que
apreciaba en mayor medida, fue la distinción recibida de Juan Pablo II: la
Orden de San Silvestre Papa, con el grado de Caballero Comendador.
En uno de sus libros
afirmaba: “Los historiadores suelen exponer, a veces con detalles, la
metodología que han aplicado al investigar y escribir sus obras, de manera que
para el lector constituya la necesaria advertencia del camino que han elegido
al tratar determinados temas” (1).
Puede aplicarse, a Picciuolo, entonces, lo que él destacaba en
el P. Bruno (2):
*Su labor ha sido guiada solamente por el criterio de la verdad
objetiva, sin hacer el panegírico de nadie. No se atrevió a juzgar con
precipitación los hechos y las personas, cuando escasean elementos seguros de
juicio. Trató de exponer serenamente la actuación de la Iglesia y la Madre
Partria, que ambas realizaron, contribuyendo a plasmar el ser argentino.
*Fue
siempre partidario, entre las valiosas fuentes a que recurrió, de los repositorios
documentales. No rechazó los esfuerzos de colegas anteriores, dándoles la
jerarquía que justamente merecen, pero reconoció que la fuente primordial para
la reconstrucción del pasado es el documento de segura procedencia.
*Es
necesario olvidar el patriotismo hueco y estéril, trabajar en una historia
franca y verdadera, sin exclusiones, detractores y panegiristas, que todos,
buenos y malos, demócratas y tiranos, han construido nuestra historia.
(1) ”Reverendo
Padre Cayetano Bruno sdb, sacerdote e historiador eclesiástico”; Buenos Aires, Buenos
Aires, Junta de Historia Eclesiástica Argentina, 2008, p. 21.
(2) Ibidem,
p. 22.
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