POR GERMÁN
MASSERDOTTI
La Prensa,
01.05.2022
Hace unos meses,
salió publicado un libro titulado `Derecho, cultura jurídica e instituciones
argentinas, siglos XVI a XIX. Los tres siglos monárquicos de nuestro pasado'
(Buenos Aires, Educa, 2021). Sus autores son Alejandro A. Domínguez Benavides y
Eduardo P. M. Ventura. La publicación merecería una reseña aparte. Lo que ahora
nos importa destacar es un texto que ellos rescatan y que oficia a modo de
proemio.
Domínguez
Benavides y Ventura citan un fragmento del discurso pronunciado por el
académico Miguel Angel Cárcano en la sesión del 9 de septiembre de 1969 a
propósito de la recepción pública del académico de número D. Raúl de Labougle.
Dice Cárcano en la cita evocada por los autores: "A través de España hemos
heredado la cultura del Mediterráneo, creada por las naciones más inteligentes,
ingeniosas y sensibles de Europa. El pensamiento griego, las instituciones
romanas, la religión cristiana, la industria y la ganadería árabe, el régimen
jurídico y las especulaciones del espíritu, son sus mejores realizaciones (...)
La historia de la conquista, la colonización y el virreinato, son trescientos
años de historia argentina (...) Ningún historiador serio pretende que la
historia comience en 1810".
CONCEPTO DE
HERENCIA
El texto anterior,
para ser exprimido, requeriría una nota más extensa. Apuntemos, ahora, algunas
ideas. En primer lugar, el concepto de herencia. Los argentinos somos herederos
de España. Así es, señores. Argentina no se explicaría sin la presencia de
España en América. Es un hecho e información histórica. Resulta un dato
inconmovible. Podrá ser timbre de gloria para los hispanistas como quien
escribe esta nota o motivo de odio, de indiferencia o de lo que fuera para los
que quieren sacudir los orígenes de la historia patria. Facts are facts, dicen
los yankees. En este caso, no meras factualidades porque, a su vez, este hecho
está preñado de riquísimas virtualidades que, con el correr del tiempo, fue
dando frutos de civilización. Los argentinos no descendemos de los barcos del
siglo XX, por favor. En todo caso, sí de los del siglo XVI. Por considerar un
hecho, tanto histórico como, a la vez, simbólico, podríamos apuntar el 1º de abril
de 1520, fecha en la que, en el contexto de la expedición de Hernando de
Magallanes y de Sebastián Elcano con el apoyo de la Corona Castellana, fray
Pedro de Valderrama, capellán de la expedición, celebró en San Julián (nuestra
actual provincia de Santa Cruz), la primera misa en territorio patrio. Lo hizo
en la Solemnidad del Domingo de Ramos.
CULTURA
FUNDACIONAL
En segundo lugar,
a partir de esta herencia hispánica se configura nuestra cultura fundacional.
Bastaría recordar que, a contrapelo del orgullo porteño que se cree el ombligo
de la Argentina, ella se vincula, estrechamente, con la corriente de población
proveniente del Perú. Como señala el P. Cayetano Bruno en su Historia
Argentina: la segunda corriente civilizadora -antes había mencionado a la del
Río de la Plata y Paraná- es "la de la región así llamada del Tucumán,
proveniente del Perú. Como descubrimiento reconoce su origen en 1536 con la
expedición de Diego de Almagro a Chile. La ocupación comenzada por Diego de
Rojas en 1543 y la efímera fundación de Medellín a principios del siguiente
año, se consuman con Juan Nuñez de Prado y la fundación de la ciudad viajera
del Barco de Avila, que sólo llega a estabilizarse en 1553 con Santiago del
Estero y el conquistador Francisco de Aguirre".
Gracias a España
heredamos, como afirma Miguel Angel Cárcano en el texto que citan Alejandro A.
Domínguez Benavides y Eduardo P. M. Ventura, a Grecia, a Roma y al
Cristianismo. Resulta llamativo -agrego de mi parte- que algunos puedan
sostener que la Argentina nació en 1810 o que haya habido un exjefe de gabinete
de una administración nacional fracasada que haya dicho que era una de las
cosas chiquitas pero simbólicas más lindas haber cambiado los próceres con
animales porque "es la primera vez en la historia argentina que hay seres
vivos en nuestra moneda nacional".
En realidad,
además de otros patriotas como San Martín y Belgrano, deberían figurar otros
como Hernandarias. A decir verdad, resultaría un acto de justicia con nuestra
cultura fundacional, por cierto, también a contrapelo de lo "políticamente
incorrecto".
Nuestra Patria,
bautizada un Domingo de Ramos y que padece un Viernes Santo sin fin aparente,
espera su Resurrección. La falsa solución de la presente crisis es la promesa
de un futuro que no llega porque se busca remediarla olvidando nuestro pasado.
Volvamos los ojos a nuestra historia que no comienza, por cierto, en 1810 sino
mucho antes.
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