COMENTARIO SOBRE "SAN MARTÍN NO FUE MASÓN"

Recientemente, hemos tomado conocimiento de un comentario crítico sobre nuestro artículo "San Martín no fue masón", realizado en una página web masónica [1]. El artículo, publicado originalmente en 1998, se encuentra en este blog, en:
En el número 67, de septiembre de 2005, la Revista Hiram Abif incluye la opinión del director de la misma, Ricardo Polo, que sostiene una argumentación novedosa, al menos para nosotros, y que consideramos necesario consignar.

Afirma el Sr. Polo que, efectivamente, la Logia Lautaro no puede haber sido reconocida por las Grandes Logias de Inglaterra, Escocia e Irlanda, que pertenecían a la Masonería Moderna y Especulativa. El motivo sería que las logias “Gran Reunión Americana”, “Caballeros Racionales” y las “Lautarinas”, aún siendo masónicas, no respondían a los Landmarck’s o linderos establecidos en las Constituciones de Anderson, y sí en cambio a los principios de la “Masonería Progresista Universal del Rito Primitivo” y en base a la Constitución de la Asamblea de Masones de París de 1523, operada por la Masonería Operativa y en el caso de Francia por el Rito Francés Antiguo.
Agrega este comentario, que las logias lautarinas apoyaban “la guerra revolucionaria” contra los realistas”, mientras que las logias de la Masonería Especulativa se subordinaban a la monarquía.

El autor no ofrece ninguna prueba de lo que afirma, es decir, que las logias lautarinas pertenecían a la Masonería Progresista Universal del Rito Primitivo. Su tesis no está avalada por ninguno de los historiadores –varios de ellos masones- que han escrito sobre la masonería en nuestro país; al respecto, detallamos en el Anexo las obras que hemos consultado personalmente. Considera el autor que en nuestro modesto trabajo hemos “sido llevados por su evidente y conocido fundamentalismo religioso, que les impide despojarse de prejuicios e inexactitudes históricas”. En realidad, el motivo que nos impulsó a investigar el tema fue la necesidad de esclarecer las dudas que aquejaban, y siguen aquejando, a muchos argentinos e incluso a muchos católicos, sobre este tema. De allí la importancia que asignamos al logro de la documentación fehaciente obtenida por el Profesor Maguire.

En conclusión, sigue siendo válido lo que tuvo que admitir el Dr. Augusto Barcia Trelles, masón del grado 33, quien escribió varios volumenes sobre San Martín, investigando incluso en los archivos de las logias de Francia y de Bélgica, para detectar antecedentes de la actividad masónica del Libertador en Europa. En efecto, este historiador reconoció: “Todas las gestiones por nosotros realizadas hasta hoy han sido estériles e ineficaces, ya que en el momento en que escribimos, ningún documento, objeto, ni siquiera noticias o informes sobre la suerte que hayan corrido puedieron ser obtenidos” [2]
.

2) "San Martín en Europa"; Cap. II, pág. 72, cit. por Bruno Genta, op. cit., pág. 14.


ANEXO

BIBLIOGRAFÍA SOBRE SAN MARTÍN Y LA MASONERÍA

Aragon, Roque Raúl. “La Política de San Martín”; Córdoba, Universidad Nacional de Entre Ríos, 1982.

Bra, Gerardo. “San Martín ¿fue masón?; en: revista Todo es Historia, Nº 186, Noviembre/1982, págs. 36/47.

Bruno, Cayetano. “La religiosidad del General San Martín”; Buenos Aires, Ediciones Don Bosco, 1978.

Corbiere, Emilio. “La Masonería. Política y sociedades secretas en la Argentina”; Buenos Aires, Sudamericana, 1998.

Corbiere, Emilio. “La Masonería II. Tradición y revolución”; Sudamericana, 2001.

Cuccorese, Horacio Juan. “San Martín. Catolicismo y Masonería”; Rosario, Instituto Nacional Sanmartiniano – Fundación Mater Dei; 1993.

Chindemi, Norberto. “Historia y Política. Función política de la Historia. San Martín; pensamiento y acción; las logias”; Buenos Aires, Editorial Los Nacionales – Fundación Doctrina; 1996.

Díaz Araujo, Enrique. “Don José y los chatarreros”; Mendoza, Ediciones Dike – Foro de Cuyo, 2001.

Filippo, Virgilio. “Imperialismo y masonería”; Buenos Aires, Organización San José, 1967.

Furlong SJ, Guillermo. “El General San Martín. ¿Masón – Católico – Deísta?; Buenos Aires, Theoria, 1963.

Genta, Jordán Bruno. “La Masonería en la Historia Argentina”; Buenos Aires, Ediciones del Restaurador, 1949.

Maguire, Patricio. Revista Masonería y otras sociedades secretas, Buenos Aires, Nº 2, noviembre de 1981, págs. 20-25; Nº 3, diciembre de 1981, págs. 15-20; Nº 5, febrero de 1982, págs 30-35.

Maguire, Patricio. “La Masonería y la Emancipación del Río de la Plata”; Buenos Aires, Editorial Santiago Apóstol – Ediciones Nueva Hispanidad, 2000.

Rottjer, Anibal. “La Masonería en la Argentina y en el mundo”; Buenos Aires, Editorial Nuevo Orden; 1973 (cuarta edición).

Steffens Soler, Carlos. “San Martín en su conflicto con los liberales”; Buenos Aires, Librería Huemul, 1883.

Tonelli, Armando. “El General San Martín y la Masonería”; Buenos Aires, 1944.

Terragno, Rodolfo H. “Maitland & San Martín”; Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes, 1999.

Triana, Alberto. “Hermanos tres puntos”; Buenos Aires, Editorial DE-DU, 1959 (tercera edición).

Uzal, Francisco Hipólito. “San Martín contrataataca”; Buenos Aires, Ediciones Theoria; 2002.


















Otra novela histórica


EL DIARIO DE SAN MARTÍN, ESCRITO POR TERRAGNO[1]

Mario Meneghini

Nos interesa efectuar un breve comentario sobre el libro recientemente publicado por el doctor Rodolfo Terragno, de cuya capacidad intelectual no dudamos, y que ha tenido, además, una vasta actuación pública: diputado y senador nacional, ministro y jefe de gabinete.

1. Se advierte en el libro que: “No se trata de una novela: cada dato, circunstancia o anécdota surge de una escrupulosa investigación histórica con base en fuentes y manuscritos que aún permanecen inéditos”. Sin embargo, ha adoptado la forma literaria de un diario personal, redactado en tiempo presente, por el autor, es decir, el doctor Terragno.

2. Ahora bien, un diario, según el diccionario de la Real Academia Española, es la “relación histórica de lo que ha ido sucediendo por días, o día por día”. Por ello, el diario es un subgénero de la biografía, más precisamente de la autobiografía. Por lo tanto, si el autor escribe como si fuese otro quien lo hace, efectuando un relato imaginario, se trata en realidad de una novela.

3. De nada sirve que se detalle una extensa bibliografía, pues al omitirse citas al pie de página, y agrupar las fuentes al fin de cada capítulo, no puede determinarse que fundamento posee cada frase. A esto se agrega, como ya mencionamos, que el autor alega haber consultado “fuentes y manuscritos que aún permanecen inéditos”, la mayoría de los cuales, obran en archivos europeos. De modo que quien quisiera corroborar dichos antecedentes, debería viajar al viejo continente para hacerlo.
Nos parece, entonces, que el libro comentado no es una obra histórica, pues carece de la precisión que “debe extenderse a los más mínimos pormenores”, como enseñaba don Marcelino Menéndez y Pelayo
[2].

4. Terragno ya demostró, en una obra anterior sobre San Martín
[3], lo que considera antecedente válido para una reconstrucción histórica. En efecto, escribió un libro de 261 páginas, en torno a 47 hojas manuscritas (“Plan Maitland”), que descubrió casualmente en el Archivo General de Escocia. Ese escrito no constituye un documento, pues no tiene destinatario, ni fecha, ni firma.

5. En el mismo libro, el autor mantiene la duda sobre el carácter de masón de San Martín, pese a revelar –casi 20 años después- que el Bibliotecario y Curador de la Gran Logia Unida de Inglaterra le aseguró en 1980 en una comunicación escrita personal que: “La Logia Lautaro no fue una logia masónica sino una sociedad política secreta. Es posible que haya adoptado algún rito o formas pseudomasónicas, pero la masonería regular no tuvo conexión con la Logia Lautaro y no habría respaldado a esa organización ni sus actividades”.

6. En una muestra sorprendente de imprecisión, menciona tres supuestos:

“1. Que San Martín haya sido masón.
2. Que la masonería inglesa o escocesa haya tratado a las logias pseudo-masónicas de americanos independentistas como organizaciones fraternas que, por compartir ciertos objetivos, debían conocer algunos secretos.
3. Que, conociendo los planes y el carácter excepcionalmente reservado de San Martín, algunos de sus numerosos amigos masones haya compartido con él (si no otros secretos de la masonería) información sobre proyectos en los cuales la masonería servía informalmente el interés del Reino Unido.

Todo mi esfuerzo, en este capítulo, consiste en demostrar que alguno de estos supuestos es cierto”
[4].

7. En la extensa bibliografía del Diario, no se incluye ninguno de los libros que demuestran, con datos y argumentos, que San Martín no fue masón. Destacamos, al respecto, el aporte extraordinario que realizó Patricio Maguire para terminar, definitivamente, con las dudas sobre este tema. Dicho investigador consultó directamente a las autoridades de las Grandes Logias de Inglaterra, Irlanda y Escocia. Recibió respuesta por escrito de las tres, que coincidieron en que la logia Lautaro nunca estuvo registrada en dichas instituciones, y que San Martín no figura en los archivos como miembro. Maguire recibió las comunicaciones respectivas en 1979 y 1980, publicándolas de inmediato. Reproducimos los documentos en:
http://forosanmartiniano.blogia.com/temas/san-martin-y-la-masoneria.php

8. En conclusión, el libro comentado puede resultar de interés para los aficionados a las novelas históricas, pero carece de significación para la historia sanmartiniana.

[1] Terragno, Rodolfo. “Diario íntimo de San Martín. Londres 1824, una misión secreta”; Buenos Aires, Sudamericana, 2009.
[2] Cit. Por: Picciuolo, José Luis. “Reverendo Padre Cayetano Bruno sdb, sacerdote e historiador eclesiástico”; Buenos Aires, Junta de Historia Eclesiástica Argentina, 2008, pág. 24.
[3] Terragno, Rodolfo. “Maitland & San Martín”; Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes, 1999.
[4] Ibidem, pág. 178.