Rosendo Fraga
Foro Patriótico,
20-6-21
Belgrano es tan
multifacético… muchas cosas se han dicho, escrito sobre él: su faceta, sus
aportes o riqueza, su generosidad. Pero yo lo que voy a tratar de plantear muy
brevemente es un enfoque centrado en lo que a mi juicio fue la visión
geopolítica de Belgrano.
Y yo creo, que
como punto de partida para esto, vale la pena ubicarse a mediados del año 1813.
Belgrano jefe de la segunda expedición al Alto Perú instala su comando en
Potosí. Potosí, una ciudad muy importante del Alto Perú, de la actual Bolivia,
era el centro económico del Virreinato del Perú, no del Virreinato del Río de
La Plata, del Virreinato del Perú. A fines del siglo 16, llegó a explotarse en
Potosí el 80% de la plata del mundo. Y la moneda de plata española en aquel
momento era la moneda de intercambio global, como es el dólar, como fue hasta
hace un tiempo la lira. Ese lugar se encuentra a 2300 km de Lima y a 2200 km de
Buenos Aires. Es el punto intermedio geográfico entre Lima y Buenos Aires. Este
es un punto muy relevante o importante para entender la situación. Belgrano no
era un hombre que conociera el Alto Perú, no había estudiado ahí, como sí había
estudiado Moreno, Castelli. Y es el primer contacto que tiene con el Alto Perú.
Para no
extenderme, Belgrano es derrotado en la batalla de Vilcapugio en 1813. A
consecuencia de esta batalla él realiza, lo que se llamaba en la actividad o la
costumbre militar de la época una Junta de Guerra, es decir, reúne a todos los
jefes para ver qué decisión se toma. Y allí encuentra a dos jefes que eran muy
próximos a él que le proponen dos estrategias diferentes: uno era Díaz Vélez
que le propone: retirémonos a Potosí, nos atrincheramos ahí y esperamos que nos
traiga la artillería que nos mandan de Salta, para reemplazar la que había
perdido Belgrano en Vilcapugio. Ignacio Warnes, que también era muy cercano a
Belgrano, le dice “no, hay que avanzar hacia Cuzco”. Pero claro, Cuzco son 1000
km al norte de Potosí, al noreste, entrando en el Perú, lo que era en aquel
momento el Bajo Perú, y Cuzco había sido capital histórica del Imperio Inca
durante períodos importantes. ¿Por qué le explica Warnes que hay que ir a
Cuzco? Porque acababa, en octubre, de producirse una insurrección patriota que
empezó a usar la enseña celeste y blanca de Belgrano, es decir una insurrección
que se conectaba con el avance de Belgrano.
Acá vienen dos
cuestiones: Belgrano desechó la propuesta de Warnes y después se arrepintió de
haberlo hecho porque su decisión terminó en la derrota de Ayohuma el 14 de
noviembre. Pero esa sublevación que empieza en Cuzco en octubre de 1813 y
finaliza derrotada en los primeros meses de 1815 llegó hasta 400 km de Lima.
¿Cuál es el punto de todo esto? Esta revisión de lo que Belgrano reconocía que
había sido un error estratégico militar que había convenido, deja en Belgrano,
más allá de su contacto con los altoperuanos, los indígenas altoperuanos que
había sumado a su ejército, esta idea del Perú. Y aquí aparece esta idea: Lima
y Buenos Aires como los extremos de una entidad geopolítica. Este es el paso
número 1 donde Belgrano empieza a elaborar la idea de este proyecto geopolítico,
diferente al que él había tenido en 1808 con el proyecto carlotista y diferente
del de la primera Junta que se limitaba a intentar reconstituir el Virreinato
del Río de la Plata.
Pero, derrotado
Belgrano, llega a comienzos de 1814 a Salta y tiene el encuentro con San
Martín. El tema no es la Posta de Yatasto, el tema es que pasan dos meses
juntos en Tucumán. Y acá aparece el segundo elemento en esta visión
geopolítica, que es la visión estratégicomilitar de San Martín. San Martín
tenía un plan estratégicomilitar que coincidía con esa visión geopolítica de
Buenos Aires a Lima. Acá es cuando San Martín lo hace a Belgrano confidente,
como lo había hecho con Tomás Guido. Tomás Guido nos ha dejado todo el
testimonio, con los detalles de lo que San Martín le informa y le plantea como
su idea. Pero acá aparece que este segundo elemento en la articulación de esta
visión geopolítica, en donde el plan estratégico militar de San Martín se
vincula a esta articulación que Belgrano va adquiriendo o adquiere en la
segunda expedición al Alto Perú. Creo que este es el segundo momento en la
constitución del pensamiento geopolítico de Belgrano.
Bueno, de ahí
Belgrano vuelve a Buenos Aires y en 1815 lo tenemos como diplomático.
Diplomático en Europa junto con Rivadavia, junto con Sarratea, que había sido
enviado previamente por el Segundo Triunvirato. Y acá es donde, para no
extenderme, donde lo tenemos a Belgrano y Rivadavia buscando, tras fracasar en
gestiones con la Corte Española, con la Corte Británica para ese proyecto de
coronar un rey, un príncipe europeo en el Río de la Plata, que se da en el
contexto de la derrota de Napoleón en Waterloo y la unidad de las monarquías
europeas a través de la Santa Alianza que amenazaba a la Hispanoamérica, que
estaba en su proceso de independencia, es donde terminan, como última carta,
con esta idea de coronar como rey del Río de la Plata al hijo menor del Rey,
del ex Rey Carlos IV de España.
Pero en estas
tratativas le presentan al Rey Carlos IV de España el proyecto de constitución
para esa monarquía que se iba a establecer en el Río de la Plata. Ese proyecto
de monarquía lo redacta Belgrano. Es un proyecto de constitución que, en
general, la historiografía lo ha relegado como un elemento porque lleva a esa
visión de la historiografía sobre todo de la segunda mitad del siglo 19, que,
en alguna medida, subestimó todo el proyecto monárquico presentándolo como una
estrategia o como una táctica secundaria . Quizás de ese período, Vicente Fidel
López es el que analiza con más detalle ese proyecto de constitución de
Belgrano, pero más allá de que era un modelo monárquico, el punto clave lo da
el título del proyecto: es el “Proyecto de Constitución para el Reino del Río
de La Plata, Chile y el Perú”. Es decir, no el Alto Perú, es el Perú como una
unidad. Es decir, este proyecto de Constitución es un proyecto de Constitución
para el territorio que iba de Lima a Buenos Aires. Lima incluye en aquel
momento lo que es el actual Ecuador, que formaba parte del Virreinato. Es
decir, un proyecto geopolítico que tomaba de Lima, al noroeste de América del
Sur, hasta Buenos Aires, que en ese momento era el sureste de América del Sur.
Yo diría que este proyecto, en alguna medida, lo que nos plantea es que
fracasadas las gestiones en las Cortes europeas, fracasado en la gestión,
inclusive con el ex Rey Carlos IV, se incorpora en Belgrano la idea del monarca
inca. Es decir, él por un lado registraba el principio ideológico de la
legitimidad que predominaba en Europa y, ante los fracasos en Europa, elabora
la idea de la legitimidad a través del Imperio Inca y de mantener esa
legitimidad a través de un descendiente de los Incas.
Mi opinión: creo
que en 1816, en cuanto Belgrano expone, sistemáticamente u orgánicamente, su
proyecto geopolítico, el 3 de julio, seis días antes de la creación de la
Independencia, ante el Congreso de Tucumán su proyecto de la monarquía Inca, es
donde hay dos frases claves, esas frases de observador político de Belgrano,
tras haber estado casi un año en Europa, donde le dice al Congreso: “Antes la
moda era republicanizarlo todo. Ahora, la moda es monarquizarlo todo”, como
argumento de práctica política del porqué del proyecto monarca. Pero él
específicamente utiliza una palabra: monarquía “atemperada”, y ese adjetivo de
atemperado que Belgrano le agrega a la monarquía tiene que ver con que era un
proyecto de monarquía constitucional. Más tomado básicamente en la idea de la
monarquía británica que era el arquetipo de monarquía constitucional en ese
momento.
Yo creo que acá este
tema del proyecto de la monarquía inca era el proyecto de un Estado de Lima a
Buenos Aires. No era la reconstitución del Virreinato del Río de La Plata. Y en
última instancia, el proyecto Inca se basaba en una tradición y en una realidad
histórica: el Imperio Inca iba de Ecuador hasta el centro norte de Argentina y
el norte de Chile. En alguna medida cuando se toma la idea de la monarquía
Inca, esto responde a un proyecto geopolítico que, insisto, de Lima a Buenos
Aires, el viejo Virreinato del Perú, hasta la creación del Virreinato del Río
de La Plata, en 1776.
Este Congreso
aprueba por unanimidad el proyecto de la monarquía Inca. Ningún diputado votó
en contra. Y si había algunos diputados que en aquel momento, aunque esto es
más una reconstrucción histórica posterior, estaban en contra del proyecto, no
lo manifestaron. La oposición porteña al proyecto, de cuatro diarios de Buenos
Aires: dos apoyaron el proyecto, uno estuvo en contra y otro en una posición
intermedia. Siempre para marcar la oposición porteña en general al proyecto, se
toma una carta del Diputado Anchorena, que 20 años después a su primo Manuel de
Rosas le explica lo que sintió como diputado. Dice: “yo cuando vi la cuicada
—ellos la llaman así por los indígenas del norte— enfervorizada, aplaudiendo el
proyecto, me di cuenta que no había margen para oponerse”. Pero en este
proyecto explícitamente apoya San Martín y apoya Pueyrredón, que era el
Director Supremo. Estas tres figuras, que eran las figuras político militares
más importantes, convergen explícitamente en el proyecto de la monarquía inca.
Este proyecto creo que es la expresión política del proyecto geopolítico de
Lima a Buenos Aires, en el cual Belgrano fuera expositor en el Congreso de
Tucumán, que coincidía con el plan estratégico militar de San Martín.
Bueno, ¿cómo
continúa? Cuando uno mira lo político, hay algo que es bastante claro: al
trasladarse el Congreso a Buenos Aires, ese impulso que Belgrano le da, y al
irse San Martín a Chile, el Congreso en Buenos Aires pasa a funcionar en la
órbita porteña y sin la presión que daba Belgrano, Jefe del Ejército del Norte
y San Martín, que tenía en el 16, el Ejército estaba organizando en Cuyo, pero
ya estaba en el 17 en Chile. Pero acá creo que hay un detalle de historia
militar sobre este proyecto geopolítico. La visión de San Martín no era un
frente norte defensivo a cargo de Belgrano y Güemes. El proyecto de San Martín
era un frente norte ofensivo, desde el punto de vista militar. El plan no era
un desembarco desde Chile en Lima solo, era un desembarco desde Chile en Lima y
un avance desde el norte argentino hacia Lima desde el sur. En general se ha
interpretado lo primero que era que el plan de San Martín era avanzar hacia el
Perú y defender el norte argentino. El plan original era lo que se llama una
maniobra de pinzas para converger sobre Lima y generar, a través de una acción
militar, la unidad política de Lima-Buenos Aires. Hay una carta, retrocedo
brevemente en el tiempo, que para mí es significativa, que en 1816 San Martín le
escribe a Godoy Cruz, su amigo y colaborador político. Le dice, frente a
algunas críticas que le había transmitido Godoy Cruz, que había escuchado
respecto a la conducción militar de Belgrano, en la segunda expedición militar
al Alto Perú: “Belgrano, es lo mejor que tenemos en América del Sur”. Belgrano
no es lo mejor que tenemos en las provincias Unidas del Río de La Plata, la
afirmación de San Martín es que Belgrano es lo mejor que tenemos en América del
Sur.
San Martín, el 12
de febrero de 1817, vence en la batalla de Chacabuco. Belgrano intenta la
acción ofensiva desde el norte argentino, con medios muy limitados, pero ahí
tiene lugar lo que la historiografía boliviana, incluso los manuales de
enseñanza de historia boliviana vigente, denominan la cuarta expedición al Alto
Perú. En la interpretación histórica y el relato histórico boliviano, las
expediciones al Alto Perú son cuatro: primero, la de Castelli, que termina en
la batalla de Huaqui en 1811; segundo, la de Belgrano en 1813, que termina en
la derrota de Vilcapugio y Ayohuma; tercero, la de 1815 que comanda Rondo, que
termina en la derrota de Sipe Sipe; y ellos ponen una cuarta que nosotros no
registramos que es el avance de La Madrid, al mando de fuerza de caballería,
sobre el Alto Perú, que también termina en una derrota. Este avance de La
Madrid, ordenado por Belgrano, tiene lugar en febrero de 1817, inmediatamente
después de la batalla de Chacabuco y es un intento, débil por la carencia de
medios, de Belgrano de coincidir con una acción ofensiva sobre la que estaba
haciendo San Martín en Chile.
Como dijimos, el
Congreso de Tucumán se traslada a Buenos Aires y a medida que va declinando la
vigencia político militar de Belgrano, a lo largo del año 18 y 19, San Martín
va careciendo de la visión geopolítica de Belgrano y él se centra básicamente
en su acción estratégico militar donde lo central era terminar con el poder
español, y la articulación de una entidad política era secundario, no era el
objetivo central.
Para terminar el final
del fracasado proyecto geopolítico, Belgrano muere el 20 de junio en Buenos
Aires, hace 200 años. Pero vuelvo para atrás, después de Chacabuco, San Martín,
a los 2000 prisioneros realistas nacidos en Chile, los manda a engrosar el
Ejército del Norte que estaba a orden de Belgrano, en una acción para darle a
ese Ejército capacidad ofensiva. Después de Maipú, abril de 1818, San Martín
repite la decisión: a los prisioneros realistas que habían nacido en Chile, los
manda a reforzar el Ejército del Norte en la idea de darle a ese ejército una
capacidad militar ofensiva. Pero, a fines de 1819, Güemes manda a dos diputados a reunirse con O'Higgins, el
Director Supremo chileno, a los efectos de coordinar la acción militar ofensiva
desde el norte argentino paralelo al desembarco de San Martín en Lima. Güemes
lo que ofrece son 4000 hombres que tiene reunidos. Acá un detalle: los famosos
Gauchos de Güemes, en realidad eran milicias de caballería regladas, cómo se
llamaba en la época, porque era una fuerza permanente, no era gente que
trabajaba en la actividad diríamos agropecuaria, cómo era la fuerza de López y
Ramírez, que en la emergencia se organizaban. Las fuerzas de Güemes, que llegó
a tener 5000 milicianos de caballería, que ofrece a O'Higgins una operación con
4000, era toda a sueldo, asalariada, eran militares full time y eso le daba una
capacidad militar ofensiva importante que fue clave para frenar los avances
españoles sobre el norte argentino, pero que en la concepción de San Martín
tenía que ser una fuerza ofensiva el Ejército del Norte más Güemes.
Este acuerdo de
Güemes con O'Higgins fracasa porque el 22 de marzo de 1820 se declara la
República del Tucumán. Bernabé Araoz, gobernador de Tucumán, declara la
República del Tucumán que comprendía Catamarca y Santiago del Estero. Bueno, es
un tema colateral si esto era una provincia o una República. Yo diría primero
que al igual que la República de Entre Ríos, que va a cumplir ahora 200 años
dentro de 2 meses, no tenían gobernador ni presidente, tenían jefe supremo. Los
dos tenían banderas, emitían moneda, por supuesto tenían fuerza militar propia.
La legislatura de Tucumán se había reservado y usaba el título de Alteza, que
en realidad es un título monárquico y el salario de Bernabé Aráoz era 1/5 de
los ingresos públicos. Y Bernabé Aráoz entra este año 1820 en guerra contra
Güemes, a quien derrota y esto termina con el esfuerzo ofensivo de Güemes,
porque a los pocos meses Güemes muere en una conspiración donde convergen los
españoles con Araoz y los opositores a Güemes en Salta. Las memorias del
General Paz relatan que en 1820, por el mes de marzo, lo llama Bustos, que se
había hecho cargo del Gobierno de Córdoba, y le encomienda que le haga una
fuerza de 200, 300 hombres, que marche al norte, que en Tucumán tome armamento
que había quedado del Ejército del Norte, que se reúna con Alejandro Heredia,
Jefe del Ejército del Norte que había logrado mantener 400 hombres, y que
organicen una expedición ofensiva desde el sur, por pedido de San Martín en
apoyo de su desembarco en Lima. Paz empieza el camino, pero se encuentra en
Tucumán que le cierran el paso, la República del Tucumán y entonces está
incursión queda frustrada.
En dos palabras,
una conclusión y para no extenderme. Yo creo que el proyecto geopolítico de
Belgrano, gestado entre su presencia, su permanencia en Alto Perú en 1813, su
entrevista con San Martín en 1814, su misión diplomática en Europa, en 1815,
expuesta en 1816 ante el Congreso en el proyecto de la monarquía Inca, era
tener una unidad política de Lima a Buenos Aires. Proyecto geopolítico
coincidente con la visión estratégico militar de San Martín, proyecto frustrado
por la pérdida de poder de Belgrano, primero y por la muerte de Belgrano
finalmente. Es un proyecto geopolítico que va a la par, casi a la par de la
vigencia, de la influencia de Belgrano en el proceso de la independencia.
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